El WPW (Síndrome de Wolff-Parkinson-White ) es una alteración cardiaca congénita, que se caracteriza por la presencia de unas fibras accesorias al sistema de conducción de los impulsos cardiacos.  Estas, favorecen la aparición de taquicardias por un mecanismo de reentrada. La presentación clínica puede variar entre frecuentes episodios de taquicardia, lo más habitual, a ser completamente asintomático y, en ocasiones, la presentación puede conllevar una muerte súbita.

El diagnóstico se realiza mediante el electrocardiograma (Figura 1).  Son muy característicos los hallazgos ( PR corto y onda delta).

Hoy día se aconseja el tratamiento curativo mediante la ablación en todos los pacientes con WPW sintomáticos, profesiones de riesgo y en los asintomáticos se discute el beneficio, dado el posible riesgo de muerte súbita si no se realiza la ablación de la vía accesoria.

Estudio electrofisiológico y ablación

Se realiza con anestesia local. A través de punciones en la ingle, se introducen varios catéteres electrodos que se sitúan en distintos lugares del corazón para estudiar las características de la formación y propagación de los impulsos cardiacos, asi como la localización y el  riesgo de la vía accesoria. ( Figura 2).

Una vez que se conocen las características “electrofisiológicas” de la vía se introduce el catéter de ablación. Este, además de poder registrar información nos permite aplicar la energía para conseguir la ablación de la vía accesoria (Radiofrecuencia, o frio).

De forma meticulosa,  se explora el anillo mitral o tricuspídeo, (es lo que se denomina mapeo o cartografía), para así poder aplicar la energía en el sitio exacto y conseguir que la vía accesoria desaparezca ( Figura 3 y 4).

La tasa de éxito es cercano al 98% de los casos, dependiendo sobre todo de la localización de la vía.

La tasa de complicaciones oscila entre 3-5%, siendo las gran mayoría leves y en relación a la zona del punción.

 

 Electrocardiograma basal. Se muestra PR corto y onda delta, características del síndrome WPW.

Figura 1.- Electrocardiograma basal. Se muestra PR corto y onda delta, características del síndrome WPW.

Figura 2 A.- A altas frecuencias continua la preexcitación, indicando riesgo por periodo refractario anterógrado corto

Figura 2 A.- A altas frecuencias continua la preexcitación, indicando riesgo por periodo refractario anterógrado corto.

Figura 2 B.- Mediante estimulación programada desde ápex de VD se objetiva VA más corto a nivel del seno coronario distal (SC 1-2), sugiriendo localización de la vía a nivel lateral izquierda.

Figura 2 B.- Mediante estimulación programada desde ápex de VD se objetiva VA más corto a nivel del seno coronario distal (SC 1-2), sugiriendo localización de la vía a nivel lateral izquierda.

Figura 3.- Se objetiva cómo el cateter de ablación (RF 1-2), presenta el intervalo A-V más corto

Figura 3.- Se objetiva cómo el cateter de ablación (RF 1-2), presenta el intervalo A-V más corto, y el comienzo del electrograma ventricular en relación a la onda delta es muy precoz. Sugiere un sitio muy adecuado para aplicar radiofrecuencia.

Se muestran los electrocardiogramas antes y tras la ablación de la vía accesoria.

Figura 4.- Se muestran los electrocardiogramas antes y tras la ablación de la vía accesoria. Como puede observarse, la onda delta ha desaparecido y el espacio PR se ha normalizado. Esto prueba la desaparición de la vía anómala.

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