Un nuevo escrito sobre el sueño de volar junto al recuerdo de Alfonso-

Un año más tuvo que transcurrir desde aquel magnifico Julio 2011 y sus vuelos inolvidables junto a personas maravillosas de la tripulación Spirit/11. Los 3 volvimos a los quehaceres cotidianos con el alma enriquecida por la experiencia vivida y con la firme convicción de que teníamos que planificar Spirit/12. Tras los calores de Agosto, nos reunimos en el Otoño con ese fin.

No recuerdo de qué hablamos, pero nos lo pasamos muy bien. Cuando Alfonso venía a Córdoba solíamos hacernos algún vuelecito por Córdoba y alrededores, lo que acrecentaba la ilusión con el siguiente vuelo del Spirit of Corpal. Tampoco sé cómo surgió el concepto de hacer algún tipo de ruta que pudiéramos llamar “Iberia clockwise”. Volar por nuestra amada Portugal, llegar a Galicia y en sentido horario completar una vuelta Ibérica por territorio hispano hasta Córdoba, principio y final de todo.

Era una idea ilusionante, solo había que fijar los puntos de parada y hacer la ruta. Por aquél entonces sucedió algo que nos dejó trastornados. Nuestro avión de siempre, la ECJJF, sufrió un accidente al aterrizar sin el tren bajado, por olvido del piloto. Los daños fueron importantes pero el piloto salió indemne. Lo cierto es que el avión se vio “out of work” para nuestros propósitos. Había que elegir otro más pequeño. De nuevo seríamos Paloma, Alfonso y yo la tripulación. Paloma pensó en la ECJLY, una Cesna 172 monomotor pero con mayor potencia. Fue adquirida con flotadores para amerizaje en los pantanos de Córdoba pero la idea no llegó a cuajar, siendo destinada a escuela y alquiler. Tres personas tenían cabida en ella, los vuelos serían algo mas lentos y los trayectos más cortos. De manera que el tipo de avión se adaptaba muy bien a lo que habíamos planeado. Utilizaríamos 3 aeropuertos portugueses y otros tantos españoles. El primer vuelo sería Córdoba-Portimao, en el Algarve portugués. Al día siguiente volaríamos a Estoril, donde estaríamos 2 o 3 días. De allí partiríamos hasta Oporto, donde también pararíamos. De allí a Coruña, maravillosa ciudad gallega. Y de ella a Valladolid, siguiente etapa, preciosa ciudad de Castilla y León que yo había visitado varias veces por reuniones científicas y alguna académica. Recuerdo con Alfonso una reunión científica en el Castillo de la Mota, no sé qué año fue pero marcó época. Fue una reunión magnífica en la que participábamos los dos “transgresores” de ciertas intervenciones frente a lo ortodoxo del saber de entonces. Algún día la escribiré contándola, por lo anecdótico de las cosas que sucedieron entre la audiencia, Alfonso y yo… Al final, salimos en silencio, serios y disgustados del evento por la tensión acumulada. En un momento Alfonso dio con la clave. Me dijo con voz rotunda :…Pepe, a lo hecho pecho!!!… Soltamos la carcajada y ya todo fueron risas y descojones con lo sucedido.Lo pasamos muy bien y fuimos en coche desde Madrid. Finalmente, el último trayecto sería pues Valladolid-Córdoba, el más largo de todos. El tema nos parecía perfilado. Había que ponerse manos a la obra.

Las fechas también se fueron perfilando. Saldríamos un Jueves 19 de Julio. Primer tramo Córdoba-Portimao (LEBA-LPPM). Allí descansaríamos una noche y al día siguiente volaríamos por la costa, llegando a Cabo San Vicente y de allí, siguiendo por la costa portuguesa hasta Cascaes (Estoril),ciudad situada al oeste de Lisboa (LPCS). Resulta que allí tiene mi hermano Rafa un piso precioso y al enterarse de nuestros propósitos nos ofreció su casa en Estoril el tiempo que estuviéramos, con la posibilidad de que él pudiera estar durante nuestra estancia. La idea nos pareció genial a los 3. Allí estaríamos 2 días y el 22 Domingo volaríamos de nuevo bordeando la costa portuguesa hasta Oporto, nada menos que entrar en el famoso y concurrido Aeropuerto Sa Carneiro (LPPR). En Oporto descansaríamos 2 días y el 24 Martes volaríamos por la costa, pasaríamos Vigo y llegaríamos hasta Finisterre y de allí a La Coruña, aterrizando en su Aeropuerto (LECO). Allí estaríamos una tarde noche y el 25 volaríamos a Valladolid (LEVD). Ya finalizando el “clockwise”, tarde y noche en la bella ciudad castellana y el 26, en vuelo interior por las Castillas hasta llegar a Andalucía, de vuelta a Córdoba (LEBA). El plan molaba.

Primer tramo (LEBA-LPPM): El 17 de Julio llegó Alfonso a Córdoba lleno de ilusión y ligero de equipaje. Realmente, era un hatillo con poca ropa lo que llevaba. Paloma había advertido sobre el poco espacio en el avión y Alfonso cumplió a rajatabla. Luego ambos nos sorprendimos al ver el maletón de Paloma…, pero ya se sabe, las guapas van siempre con suficiente material para poder elegir ropa en cada momento. Nos gustaba reproducir los planes previos al comienzo de la aventura y, por supuesto, no faltaron los Dry Martini por la tarde en el jardín de casa y la cena protocolaria en el Restaurant “El Envero” la noche antes, como “briefing”  del primer vuelo, acompañados de Paco Martinez y de mi hijo Javier, el gran adalid de Alfonso. Como siempre hacía, Alfonso no paraba de bromear con la repercusión que el posible “crush” tendría en los medios y en la gente conocida. Siempre barruntaba una catástrofe y hacía chiste sobre cómo acontecería y la repercusión que tendría. Solía decir que lo importante sería que ocurriera en una fecha sin noticias trascendentes…, no quería verse relegado a una pequeña nota de prensa desplazada por acontecimientos de relevancia… Pues bien, entre bromas planificamos el vuelo a Portimao y nos fuimos a dormir. La aventura comenzaba y había que llegar bien descansados.

Como de costumbre, recogí a Alfonso en taxi en la puerta del hotel y al aeropuerto. La salida se retrasó por un tema mecánico del avión que había que resolver. Repasamos el vuelo con el mapa y al final nos hicimos unas fotos con el avión. Salimos por la pista 21 y tras cruzar punto Whisky cogimos directamente rumbo 260 en dirección a Portugal. Subimos a 5000 pies y pasamos por el norte de Sevilla y en el trayecto pasamos por 2 centrales de energía solar, una en La Luisiana y otra pasado Sevilla que fascinaban a Alfonso. Le gustaba hablar de la transformación de la energía limpia del sol que solo comenzaba entonces, hasta donde llegaría, se preguntaba. Algún tramo con turbulencias por la sierra de Sevilla, pero el resto del vuelo fue placentero y con gran visibilidad. Tuvimos Sevilla control hasta cerca de la frontera, pasándonos a Faro control hasta llegar a Portimao. Cruzamos por Ayamonte cambiando a rumbo 260, destacando la vista del puente que une por carretera los dos países hermanos. Al conectar con Faro, nos bajaron a 2000 pies. Ruta de las inmensas playas del Algarve a la izquierda, aunque no en línea de costa. Vistas espectaculares y bien atentos al control de Faro. A unas 10 millas de destino, Faro control nos pasó al AFIS de Portimao (LPPM). Es un Aeródromo pequeño pero con bastante actividad civil, con una escuela de paracaidismo y vuelos privados. La pista es corta y estrecha y, además, al entrar por la pista 29 sabíamos que existía un montículo pronunciado justo antes de su entrada. Comunicamos y nos permitieron la entrada. Paloma estaba tensa por el puto montículo, que había que superar para un descenso final algo abrupto, por la cortedad de la pista. La ciudad quedaba a la izquierda, junto al mar, pero no la miramos mucho.

En el pre-aterrizaje, full-flap, montículo a la vista y al fondo la pista. Buena aproximación y descenso final con buena toma corta, aunque casi a media pista. Alfonso excitado por la toma y Paloma relajada y contenta. La duración del vuelo fue de 1 hora y 50 minutos. Aparcamos el avión y caminando entramos en el Aeródromo. Tenía un barecito donde tomamos un refresco y desde el que pedimos un taxi. En él, atravesamos la ciudad hasta llegar a línea de playa a un gran hotel cuyo nombre no recuerdo. Sí, que en la recepción nos dijeron que la playa era la mejor del mundo con un cierto orgullo. Desde luego, sí que lo parecía. Ya era tarde, aunque ganamos una hora al cruzar, tomamos algo en el hotel y tras un descanso, bajamos a la súper playa. Atardecía, corría una suave brisa y la temperatura y las vistas eran deliciosas. Paloma flipaba y allí estuvimos casi hasta la puesta de sol. Después, copa en el hotel y paseo nocturno por la zona del puerto, repleta de restaurantes. La atmósfera y la temperatura también deliciosas. Nos sentamos en uno y tomamos unos pescados. En lo anímico, satisfechos del primer tramo y expectantes a los próximos.

Al día siguiente iba a ser bonito el vuelo costeando, pero complicada la entrada a Cascais por el gran tráfico aéreo de Lisboa. Paloma repetía una y otra vez lo que teníamos que hacer. Había que estar bien atentos a la radio en inglés. Alfonso pasaba de ello, no quería asumir ese papel porque además no entendía el inglés aeronáutico. Tampoco yo, pero me he ido acostumbrando. De manera que Paloma y yo asumiríamos las transmisiones. El cambio de lugar y plan también iba a ser interesante. Sería curioso ver cómo continuaría el encuentro entre dos grandes personajes, Alfonso y mi hermano Rafael, que además iba a ser nuestro anfitrión. Ya se habían conocido en el vuelo de Spirit 09, cuando volamos a las islas y mi hermano Rafa se apuntó a encontrarnos en La Palma. Con Alfonso y él volamos a El Hierro desde La Palma pasando unos muy buenos ratos. Tres años después, Rafa nos invitaba en su casa de Estoril por 2 días. Súper plan en ciernes. A dormir que mañana hay curro serio.

Segundo tramo (LPPM-LPCS): Desayuno y taxi al Aeródromo cruzando de nuevo Portimao, sitio genial de veraneo para tanta gente y preciosa ciudad marítima. Al llegar, plan de vuelo, chequeo del avión y listos para salir. En esos momentos había actividad paracaidista y aviones entrando y saliendo, por lo que tuvimos una cierta espera, pero en cuanto pudimos, salimos por la misma pista que entramos, la 29, fuera montículos y solo ciudad y mar al fondo en el despegue de aquella corta pista. Alfonso sacó una foto de la cola del avión tras el despegue fantástica. Enseguida, línea de costa, en ascenso a 2000 pies. Hacía un día claro y el vuelo fue espectacular.

Segundo tramo (LPPM-LPCS)
Despegue en Portimao

Contactamos con Faro desde el despegue pero ellos enseguida nos pasaron con Lisboa control. Fue emocionante llegar hasta cabo San Vicente y bordearlo, tomando rumbo norte también por línea de costa. Poco a poco el borde del mar mostraba un terreno cada vez más rocoso, pero también albergando preciosas calas y playas geniales aunque más cortas que en el Algarve. Conforme nos acercábamos a Lisboa, la tensión en la radio aumentaba. A la hora de vuelo, Lisboa nos bajó a mil pies sobre el nivel del mar. Un inmenso tráfico aéreo estaría siempre por encima en nuestro trayecto. Siguiendo la costa viramos rumbo 270. Cruzamos el estuario del Tajo con una vista esplendorosa, el magnífico Puente 25 de Abril al fondo y Lisboa detrás y al norte. Al cruzar toda la desembocadura avistamos Cascais y Estoril, enseguida la pista.

Vuelo a Estoril
En las cercanías de Cabo San Vicente

Cascais nos autorizó a aterrizar y entramos en base a la pista 35. La toma fue buena y nos dirigieron a aviación civil en lo más apartado de la pista y del edificio del Aeropuerto. La ECJLY quedó aparcada y le hice una foto a Alfonso con Paloma y el avión al fondo. No había handling y tuvimos que caminar con el equipaje. 

Cabo de San Vicente 20-07-12
Costa Lusa

En taxi, nos dirigimos a la dirección que me había dado mi hermano Rafa, su casa. El problema era que él no había llegado aún y la casa estaba cerrada. Me había dado un número de teléfono para llamar y pedir la llave para entrar. Tuvimos que esperar un rato en la entrada pero al fin se presentó una chica con la llave y nos introdujo. La casa de Rafa preciosa, amplia y cómoda, puesta con mucho gusto.

Entramos, encontramos nuestras habitaciones, descansamos un poco, nos aseamos y al pronto llegó mi hermano Rafa con su entonces novia Daniela, una encantadora Lisboeta viviendo entre Londres y Lisboa, artista, decoradora y pintora, muy culta y simpática. Yo ya la había conocido en un viaje junto con Rafa a Córdoba.

Estuvimos los tres cenando en El Churrasco y a mí me encantó su estilo. Pintaba planetas y mundos imaginarios, me pareció soñadora e interesante. El caso es que ambos nos recibieron con los brazos abiertos y con ganas de pasarlo bien con la tripulación del Spirit of Corpal. Como antes dije, Rafa y Alfonso se habían conocido y Paloma se incorporó magníficamente a la charpa. Nos fuimos a picar algo en una plaza de Estoril. Al poco llegaron dos amigas de Daniela, no soy capaz de recordar sus nombres. Una era una modelo inglesa, alta y muy guapa, de alguna forma relacionada con el trabajo de Daniela en Londres y muy amiga suya, invitada también por Rafa en su casa. La otra era amiga de Daniela desde mucho tiempo atrás, vivía en Lisboa y era de Suecia. Su padre sueco casó con una portuguesa y ella era una belleza sueca con unos ojos azules impresionantes, algo más pequeñita, sobre todo en comparación con la modelo. También era soñadora. La conversación estuvo animada y Rafa hizo una invitación a cenar y tomar unas copas en su casa al día siguiente. Iba a ser como un guateque, decía Daniela. Aquella primera noche Rafa nos invitó a cenar en un sitio chulo. Recuerdo que había que ir en coche, pero éramos muchos para entrar en el súper Porsche de 5 plazas que Rafa tenía. Yo me ofrecí a ir camuflado en el maletero; era amplio, lo probé y se estaba bien. Al montarme Alfonso hizo fotos. Las chicas no podían ser. Alfonso tampoco cabía bien y Rafa conducía. Tenía que ser yo. Fue duro llegar pero cenamos a gusto y a la vuelta decidimos arriesgarnos y apretarnos los 6 juntos en el coche (la modelo, Daniela y Rafa y la tripulación, la chica sueca no vino).

Risas al llegar a casa y a dormir. La casa de Rafa muy cómoda y acogedora. Al día siguiente nos levantamos con tranquilidad, cada uno desayunó al hacerlo y estuvimos departiendo cómodamente. Alfonso, que no es muy social, estaba a gusto con la reunión, también le intrigaba Daniela y la modelo le lanzaba sugerencias. Paloma asistía divertida y le gustó conocer a Rafa, todo un personaje  con gran personalidad. Daniela, la modelo y Rafa se fueron a hacer la compra de la cena, Paloma se dio un paseo y Alfonso y yo nos quedamos charlando en la terraza tranquilamente, con una vista inmensa. Poco a poco pasó la tarde, preparamos el picoteo de la cena con un súper vino, Daniela puso una música y tomamos la primera copa. La cosa se animó con la llegada de la amiga sueca, muy simpática y extrovertida, igual que Daniela. En las conversaciones, se hablaban 3 idiomas a la vez, portugués entre ambas, español(o “portuñol”) e inglés entre todos. La sueca y la modelo preferían el inglés. La música sonaba y Daniela se puso a bailar, enseguida la sueca me invitó a hacerlo con ella, Rafa se sumó sonriente con miradas pícaras, Paloma también y, como si fuera contagio, la modelo y Alfonso bailaban sin complejos. La música era buena e invitaba a continuar. Yo de repente me vi envuelto en un halo mágico bailando con la preciosa sueca de forma un tanto sensual. Alfonso tampoco hacía ascos a los tejos de la modelo, ambos altos hacían buena pareja. Rafa hacía lo propio con Daniela. No sé el tiempo que pasó pero fue un clima delicioso que todos disfrutamos. Su aparición fue mágica, pero también su finalización. Sin saber por qué paró la música, Paloma y Alfonso hablaron de irse a la cama, Rafa se sentó cansado y Daniela desapareció. La chica sueca se echó las manos a la cabeza y expresó en alto: …Uffff…back to normality!!! … Lo cierto es que la fiesta se acabó. Cada uno a la cama y a dormir.

Cosas pudieron ocurrir, pero no ocurrieron. Solo Daniela y Rafa la continuarían juntos. Al día siguiente comenzamos a  preparar el tercer tramo Estoril-Oporto. Rafa también estaba muy interesado y le hacía preguntas a Paloma. Alfonso no paraba de mirar el mapa, le fascinaba el recorrido y la geografía a recorrer; se lo estudiaba y en vuelo lo identificaba. Tomamos cualquier cosa y la tarde fue turística por Estoril y alrededores, parajes y vistas preciosas, excelente y selecto punto de veraneo.

Estuvimos Sábado y Domingo en Estoril y lo pasamos genial. Rafa, como siempre, súper espléndido con sus invitados. Conectó muy bien con Alfonso aún siendo los dos bien diferentes. Mi hermano Rafa es un fenómeno y siempre lo será. Un auténtico caballero y un excelente abogado de prestigio internacional. Gracias Rafa por esos días!

Tercer tramo (LPCS-LPPR): El lunes 22 por la mañana, despedida y taxi al aeropuerto. Pagamos las taxas, hicimos el plan de vuelo y solicitamos repostaje. Con los chalecos amarillos, caminando de nuevo al avión, meter el equipaje, repostar y hacer el chequeo externo. Una vez dentro, lista de chequeo, conexión con torre y puesta en marcha autorizada. Despegamos por la pista 17, Alfonso hizo también otra instantánea preciosa de la cola del avión en el despegue, y enseguida viraje a la derecha hasta alcanzar la costa a 1000 pies.

Continuamos por línea de costa y Lisboa control nos autorizó a subir a 2000 pies. Día también muy claro y con vistas increíbles, preferíamos ir a baja altura para mejor identificar los lugares. Pronto llegamos a la península de Peniche, extraño saliente al mar que nos cautivó. Subimos a 3000 pies y nos alejamos algo de la costa con rumbo 360. Los controladores portugueses fantásticos. Apenas nos molestaban y además súper eficientes. En la aproximación a Oporto nos bajaron a 1000 pies y nos hicieron orbitar un corto periodo para darnos entrada enseguida en final directo a la pista 35. Teóricamente  había que entrar a tierra y hacer el circuito pero el controlador nos facilitó la entrada directa evitándonos unas cuantas millas y acelerando el procedimiento. La toma fue genial en el súper aeropuerto Sa Carneiro. La duración del vuelo fue de 1 hora y 5 minutos. Al aparcar en aviación civil solicitamos repostaje y una vez hecho “handling” para llegar a la terminal. De allí, taxi al hotel. Este era un gran establecimiento español con buenas habitaciones aunque un poco a desmano.

Estaba muy cerca del estadio de fútbol del Oporto, equipo campeón de Europa en 2 ocasiones, pero lejos del centro de Oporto al que había que ir siempre en taxi. Al llegar al hotel tomamos algo en el bar y nos fuimos a descansar un rato. Sobre las 7 de la tarde, salimos en taxi para la zona del rio, lugar genial de Oporto lleno de sitios para tomar algo con vistas preciosas. Al otro lado del rio Douro, las famosas bodegas y el comienzo de la ciudad de Gaia, extraordinaria prolongación de Porto. Cruzamos el puente y buscamos para cenar un sitio de Gaia en alto con buen pescado. Desde allí había una espléndida vista del rio iluminado con Porto al fondo, divina estampa. Yo recuerdo que tomé un “polvo” que es pulpo, pero que no me gustó nada. Alfonso se reía de mis comentarios. El puto polvo estaba más duro que la pata de Perico y no había quién se lo comiera. Paloma y Alfonso eligieron mejor. Estuvimos comentando el vuelo y nos sentíamos relajados y contentos, estar en Oporto era estupendo y había que planificar. Al terminar, paseo de vuelta por el puente y paseo por los alrededores. Encontramos un sitio tipo pub, con música y juegos. Había futbolines y Alfonso me retó a echar una partida. La cosa iba en serio. El era el Barça y yo era el Real Madrid. Ambos teníamos recuerdos de épocas lejanas pasándolo muy bien con los futbolines. Apenas comenzar me marcó 2 goles sin darme cuenta. La pelea fue increíble, tanto que captó la atención de Paloma quien plasmó la escena en fotos. Acabé ganando yo pero la disputa fue genial. Tras alguna copa y charloteo con risas, taxi al hotel. Buenas noches y a dormir zzzzzzz…

Al día siguiente, desayuno y taxi al centro de Oporto. Estuvimos paseando por diversas calles, algunas peatonales, y sitios preciosos. En una de ellas, descubrimos un café antiguo, el Majestic, lleno de espejos y ambiente súper agradable. Estaba lleno de turistas y costó encontrar sitio. Allí tomamos un café con croisants y pasamos un buen rato. Después, paseamos por la peatonal donde está el Majestic y encontramos una fachada antigua, con azulejos que impresionó a Alfonso. Le hicimos fotos con ella al fondo y señalando al cielo. Finalmente, bajamos por una cuesta bien empinada hasta llegar al rio, lugar emblemático de Oporto. Allí, tomando una cerveza en uno de los múltiples bares, sucumbimos a la idea de entrar en uno de los cruceros para dar una prolongada vuelta por el rio. Corría una brisa agradable y disfrutamos de la excursión bajo la visión de ambos lados del rio y los grandiosos puentes que unen Gaia con Porto, haciendo fotos interesantes. El Douro es un gran río cuya desembocadura en el mar es a través de un cauce montañoso cuyas laderas suponen parte de las 2 ciudades. Magníficas vistas desde el barco y espléndidos puentes de hierro en su transcurso para el paso de peatones, coches y trenes. El paseo en barco duró unas 2 horas y disfrutamos mucho. De vuelta al hotel, descanso y planificación de la cena. En taxi, nos acercamos a la zona más costera de Porto. Al llegar al restaurante se ponía el sol sobre el mar y la visión era espléndida. Tomamos los 3 un buen pescado y fue una cena muy agradable. Las conversaciones conjuntas Paloma, Alfonso y yo siempre fueron muy divertidas, versaran sobre lo que versaran. Alfonso, en situación de relax es una fuente inagotable de imaginación y todo lo que piensa lo expresa, pero además lo adorna con una visión cómica de las situaciones. A Paloma y a mí nos encantaba cuando se ponía así, aunque le discutiéramos y le aportáramos otras visiones también soñadoras que a él también sorprendían. La aviación y las anécdotas de los vuelos eran siempre un extraordinario e inagotable tema de conversación. A Paloma le encantaba enseñar y narrar muchas de sus experiencias. Alfonso siempre muy interesado en aprender hacía con frecuencia consideraciones y preguntas muy graciosas que nos hacían reír. En una atmósfera muy agradable, taxi al hotel y a dormir. Al día siguiente tocaba volar. La estrategia de vuelo ya estaba hecha. Paloma siempre espectacular en el diseño y en la planificación. Alfonso siempre obsesionado con la ruta y el mapa que en vuelo iba a cotejar con el terreno. Exigía precisión, que él tuviera siempre la verificación con el mapa. Había que irse a dormir. Zzzzzzz…!

Cuarto tramo (LPPR-LECO: Llegamos con tiempo al aeropuerto. Había muchas cosas que hacer. Primero, localizar aviación civil en un edificio tan grande. Al fin, haciendo el plan de vuelo y pagando las taxas que nos sorprendieron por lo abultadas que nos parecían. Al fin y al cabo, aeropuerto muy importante que nos han permitido usar. Traslado al avión, chequeo externo y ya en el avión lista de chequeo y permiso a Ground para puesta en marcha. Salimos por la pista 17, es decir, dirección contraria a la entrada. El ascenso sobre el aeropuerto espléndido, también fue fotografiado en cola por Alfonso, magnífica foto que no encontramos…, pero parecida a las anteriores saliendo de Portimao y Cascais. En seguida, viraje a la derecha hasta llegar a la costa y en ascenso por ella rumbo norte a 1000 pies de altitud.

Magnífica vista. Control Oporto nos permitió ascender y pronto nos pasó con Vigo. Llamamos a Vigo pero ni flores. La radio se oía nítida y además estábamos pendientes. Durante un largo rato estuvimos llamando a Vigo sin respuesta. La cosa era importante porque pasaríamos cerca de su aeropuerto, por lo que no era lógico que no nos contestaran. Bajamos la altitud y casi entre nubes cruzamos Vigo desde el mar y continuamos por la costa gallega. La nubosidad crecía y había que subir. Teníamos ilusión en ver las rías pero nos quedamos con las ganas, las volamos sobre nubes. Subimos geográficamente hasta Finisterre, cuyo pico se dejaba ver entre nubes (Foto). Tratábamos de conectar con La Coruña, pero tampoco había respuesta. Al iniciar aproximación al aeropuerto, control Coruña nos dio instrucciones y ya con el terreno a la vista, viento en cola izquierda a la 21, por la que entramos. Curioso que la orientación de la pista en La Coruña sea idéntica a la de Córdoba. Buena toma y al parking de aviación civil. Duración del vuelo 1 hora y 39 minutos.

Ya en el hotel, un rato para descansar y taxi al centro de Coruña. Excelente clima y magnífico paseo por una ciudad deliciosa; incluso topamos con una recreación medieval, con montones de personas con trajes de la época y puestecillos con ventas de ropas, utensilios y especias del tiempo, además con música de fondo apropiada. Nos gustó el ambiente y la atmósfera alrededor. Paseamos y paseamos, hasta el punto que llegó la hora para cenar. Alfonso en Galicia no perdona y escogimos un restaurante de buen pescado y marisco. Fue una cena deliciosa. Galicia gastronómica es inconmensurable. Cenamos muy bien con conversación animada. Como siempre, el vuelo del día era de candente actualidad. Tuvimos la mala suerte de tener que ir sobre nubes  la mayor parte del tiempo, hasta llegar al cabo Finisterre, aunque la vista del cabo, majestuosa. Ya entrados en costa bajó la nubosidad y nos acercamos a destino bien. El problema era la radio, sin estar controlados desde hacía tiempo. Finalmente, control Coruña respondió y la comunicación se restauró para aterrizar. Nos chocó, porque nosotros oíamos muy bien las conversaciones con otros vuelos. Aún no conocíamos lo que, al respecto, iba a suceder. A Paloma le preocupaba la radio. También el hecho de que se avecinaba un frente del Atlántico sobre Galicia. Había que salir temprano para evitarlo. Valladolid nuestro destino. Planificación del vuelo hecha. Taxi y buenas noches. Mañana a volar de nuevo.

Quinto tramo (LECO-LEVD):  A las 9 de la mañana estábamos en el Aeropuerto. Taxas y plan de vuelo. Enseguida al avión, había prisa por salir. Inspección externa y interior, comunicamos con la Torre. En principio sin respuesta. Al insistir, nos identifica pero nos pide que revisemos la radio. Con ese nivel de audición no se autorizaba la puesta en marcha. ¿Revisar la radio?…si nosotros la oíamos bien. Enseguida Paloma comprendió que era el micro. Lo desmontó y tenía mal aspecto. Cables al aire y cubierta podrida. Pedir a Espejo la pieza llevaría 24 horas. Paloma se puso a indagar. Había avionetas cercanas, algunas iguales a la nuestra. Las inspeccionó y se atrevió a mirar dentro de una con la puerta abierta. Al ver el micro idéntico al nuestro, pero en buen estado, no dudó en traerlo temporalmente para verificar que con él la comunicación se restablecía. Y así ocurrió. Con el micro prestado la torre nos escuchaba claro. Pedimos un “delay” al plan de vuelo. ¿Qué hacer?. De no utilizarlo para salir nos veríamos abocados a la llegada del frente, con el consiguiente retraso en la salida de hasta días. Paloma, increíble y genial, vio que pertenecía a un Aeroclub. Lo buscó en internet y llamó por teléfono. Explicó lo que nos pasaba y solicitó poder utilizarlo para devolverlo al llegar a Córdoba. La camaradería aeronáutica es maravillosa. Al cabo de un rato, una persona del club se acercó amablemente y accedió al préstamo. Les sería devuelto el micro. Muy agradecidos. Alfonso y yo enardecidos con Paloma y descojonados por su osadía con éxito. Alfonso decía que si él lo hubiera hecho habría acabado en la cárcel, por robo…La jefa lo hizo, fue perspicaz, atrevida, ingeniosa y resolutiva. Supo sacarnos del atolladero con toda elegancia e ingenio. Tras 3 horas de retraso, tuvimos que rehacer el plan de vuelo, volver al avión y despegue por la pista 03 y enseguida rumbo 135 y subiendo a 3.500 pies. Bonito paisaje al comienzo pero conforme avanzábamos, movimiento, vuelo con lluvia y espacios más claros de forma intercalada.

Al aproximarnos a Valladolid clareó el panorama, aunque muy al fondo norte todo se oscurecía y se intuían tormentas considerables. Finalmente nos autorizaron a entrar en base derecha a la pista 23. La toma fue buena y nos dirigieron a la zona de aviación civil. Al aparcar y bajar del avión observamos como un guardia civil se nos acercaba. Esto a Alfonso siempre le acojonaba. Algo nos descubrirían, decía. El oficial saludó amablemente pero pidió la documentación del avión. Una vez revisada pidió la licencia del primer piloto. La tenía a mano y se la aporté. Al verla, se quedó pensativo y al cabo dijo…”tendrá algo que ver usted con el Almirante Blas de Lezo”… al decirle que era descendiente de él algo cambió su rostro, que se volvió cálido y cercano. Hizo un cántico a la grandeza de Don Blas, cuya historia admiraba. A partir de ahí todo fueron facilidades y amabilidades, incluso se brindó a facilitarnos los trámites de la salida a Córdoba al día siguiente, si él estaba de servicio. Alfonso alucinaba. Nunca había visto tanta amabilidad de un guardia civil que además era el jefe militar del Aeropuerto. Gracias Don Blas por tu prestigio!… Al pie del avión, terminamos la conversación porque empezaba a chispear, la tormenta que habíamos observado en vuelo llegaba al Aeropuerto sin piedad. Sin apenas tiempo para guarecerse, comenzó a llover fuerte durante un buen rato. Nos despedimos del oficial y nos dispusimos a esperar. El interior del edificio es confortable y esperando para que pase la tormenta, nos tomamos unos bocatas en el bar. Habíamos llegado. Alfonso flipaba con los numerosos vuelos que Valladolid tenía con tantos puntos de España y de Europa. Aunque anteriormente había visitado la ciudad, quería saber por qué Valladolid era tan importante y tenía tanta conexión. Al rato pasó la tormenta y taxi al hotel. En el camino, Alfonso seguía hablando sobre la importancia de Valladolid, al punto en el que le preguntó al taxista por qué Valladolid era tan importante… El taxista quedó mudo durante unos segundos y le dijo…”Pues mire usted, es la capital de Castilla León, tiene unas plazas y calles bonitas y una magnífica catedral, es una ciudad moderna y bella, se come muy bien, en el Verano asfixiante de otros sitios Valladolid tiene una estupenda temperatura…Qué razón le trajo a usted a Valladolid”… También Alfonso se quedó mudo, tampoco quería ofender, no sabía qué decir. Entre todos hicimos chiste de la pregunta, el primero Alfonso, nos reímos y bromeamos con el taxista mientras llegábamos al hotel. Tras un descanso, caminamos por Valladolid, llegamos a la gran plaza y nos perdimos entre sus bocacalles. Nos habían recomendado un restaurante que estaba próximo a la plaza, en una de ellas. Cuando lo localizamos, reservamos para dentro de un rato, volvimos a la plaza e hicimos fotografías. La temperatura en efecto era muy buena, el paseo agradable y Alfonso se maravillaba del descubrimiento de Valladolid como ciudad inmensa. La admiración se fue incrementando al llegar al restaurante y comenzar a degustar unas chuletitas de cordero lechal con un buen Rivera del Duero. Qué razón tenía el taxista…, qué bien se come en esta tierra!… Esa iba a ser la última cena de la aventura y la disfrutamos, al día siguiente nos esperaba el tramo más largo, Valladolid-Córdoba. Durante la cena nos reímos y comentamos sobre los acontecimientos a la salida de Coruña y con las dos anécdotas al llegar, la relacionada con el guardia civil y la del taxista, con ambas nos estuvimos tronchando… Nos fuimos a dormir pletóricos tras breve planificación del día siguiente. Buenas noches, noches…Zzzzzz

Ultimo tramo (LEVD-LEBA): Era el día 26 de Julio cuando salimos de Valladolid. El día amaneció precioso, algo frio incluso. Desayunamos y taxi al Aeropuerto. La sorpresa es que el oficial jefe nos esperaba y con toda diligencia nos facilitó todos los trámites, incluidos el plan de vuelo, los controles y el repostaje  llamando por su móvil. En definitiva, súper amable y cariñoso con la tripulación. Un Guardia Civil con mayúsculas, al servicio de los demás, amante de la historia de Don Blas, amante de España. Hizo cambiar a Alfonso su visión de la guardia civil. Salimos por la misma pista que al entrar, es decir por la pista 23. Enseguida rumbo 170 subiendo hasta 8000 pies. Un vuelo tan largo precisa altura para ahorrar combustible. Cruzamos un amplio trecho de Iberia en dirección sur, con sus montañas, sus ríos y lagos, sus diferentes tonalidades y pueblos, pequeños algunos, otros más grandes. Alfonso les daba nombre con su mapa. Pasamos Madrid bien al oeste, los montes de Toledo llegando a La Mancha y entrando en fin en la Sierra Morena hasta llegar a Córdoba. Hacía calor, ya en el descenso lo notábamos, algo turbulento también, deberían ser las 2 o 3 de la tarde. La toma fue por la 03, sin problemas. La duración del vuelo fue de 2 horas y 17 minutos. Llegada triunfal con recibimiento de Paco con Wilma y mi hijo Javier, siempre excitado y preocupado por nuestra aventura anual. Un año más, la aventura del Spirit of Corpal tuvo un final feliz. Abrazos y besos. Paloma se despidió, Tenía que ir a recoger a su madre, Javier también, salía de viaje pero nos acercó. Como el año anterior, Alfonso y yo pasamos la tarde en casa. Con baños en la piscina, música clásica y charlas interminables sobre todo lo acontecido, con varios Dry Martinis y plenitud en el alma pasó la tarde. Algo que por más que repetido fuera no perdía su intensidad. En esas circunstancias era cuando más se acentuaba el genio de Alfonso. El era profundo y vital en sus observaciones y a la vez tremendamente gracioso en sus suposiciones e interpretaciones. Su hilo argumental era siempre sorprenderte, en nada parecido al de cualquier otra persona. En ciertas ocasiones se equivocaba, como es lógico en una mente tan rápida y vehemente. Pero si se lo discutías, al principio no lo aceptaba pero al cabo siempre decía: …”Pepe qué rasson tenías”… Es decir, él siempre hablaba sin pensar 2 veces lo que decía, porque era de flujo denso y hasta turbulento su pensamiento, pero siempre repensaba la contra-argumentación. Nunca se auto-engañaba. El era él, ser inigualable. La tarde noche fue genial repasando cada momento del viaje. El siempre remarcaba todo lo que había aprendido de la aviación en este viaje. Nunca se volvería a examinar de nada en la vida pero él quería saber volar, además de hacerlo como tripulación del Spirit siempre que pudiera. Estaba claro que empezaba la preparación del Spirit of Corpal 2013. Siempre soñar con otros vuelos, con otros lugares con otras historias. El sueño aeronáutico era común en la tripulación y perduraría en el tiempo, como podrá el lector interesado comprobar. Spirit of Corpal 2013 solo esperaba…

Para terminar este escrito, solo una consideración personal. Me resulta muy duro y penoso, y además me exige un gran esfuerzo escribir sobre los Spirit of Corpal siendo consciente de  que Alfonso ya no está. Pero lo hago porque es una forma de mantenerle vivo en nuestra mente y revivir tantas cosas. Yo soy algo olvidadizo pero cuando nos juntamos Paloma y yo recordamos más fácilmente. Las fotos ayudan a hacerlo. No hay que olvidar que Spirit 12 ocurrió hace 7 años y es ahora cuando escribo con detalle sobre entonces. De todas formas, creo que  todos los viajes anuales del Spirit of Corpal están ya en una dimensión intemporal, al menos a mí me lo parece por lo que son también presente. Juntos, hemos tratado de recordar al detalle para hacer posible esta narración y ambos disfrutamos con la memoria de Alfonso y sus cosas en estos viajes. Gran Alfonso, cómo nos faltas…!!!

¡¡¡¡¡Viva Corpal!!!!!

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