El ser humano, casi sin darse cuenta, ha alcanzado un alto grado de consciencia que le sitúa claramente en el inmenso Universo que nos rodea, como una ínfima parte de materia orgánica pensante. Si lo interiorizamos, lo abarcamos y, simplemente, en él inmersos nos sentimos, podemos mirar lejos y disfrutar con el espectáculo. Sus imágenes, sus mecanismos y su evolución en el tiempo resultan fascinantes para todo pensador, aún fuera del mundo científico. Ya no son un espectáculo solo para los sabios o los observadores del cielo, están a nuestra disposición y disfrute. En la actualidad, cada cual dispone de imágenes de ensueño bien explicadas para mejor inspirar nuestra mente soñadora. “Huble heritage” y otras fuentes telescópicas son realmente ojos humanos que observan fuera, miran a fondo, estudiando y deduciendo, con tanto saber acumulado que además se incrementa cada día. La humanidad actual mira más y mejor nuestro cielo y se adentra en sus profundidades, lo que nos hace crecer como especie.

Entonces, ¿por qué en nuestro tiempo también miramos a veces con tanta cortedad? Tu lugar es muy pequeño, no pienses solo en tu pueblo. Tú y lo tuyo importan solo a lo tuyo y alrededores, un corto espacio focal. Como La Tierra con respecto al Universo, nada gira a nuestro alrededor, somos nosotros los que giramos y tú y todos los coetáneos vamos en la misma nave. Pensar en el Universo, con los conocimientos que hoy día tenemos a nuestro alcance nos centra en lo que somos, nos proyecta hacia todo él y nos descubre con claridad lo ínfimo de cada ser, de cada pueblo, de cada nación, de cada continente. Piensa mejor en el Universo que a todos nos envuelve. Abstráete y hazlo para crecer, no te minimices con tu pequeña atmósfera. Por favor, no pienses solo en tu pueblo y alrededores. Son tiempos para crecer todos juntos y enfocar más alto.

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