La vida sedentaria en general y, muy particularmente, la cuarentena que vivimos son situaciones muy proclives a estar mucho tiempo sentados y, como consecuencia, a la formación de trombosis venosa profunda en las piernas. Estos trombos organizados pueden desprenderse y embolizar a los pulmones, creando un cuadro muy grave de Trombo-Embolismo Pulmonar Agudo (TEP). Al llegar los coágulos a las arterias pulmonares dificultan la circulación pulmonar y, por tanto, la oxigenación, crean una sobrecarga aguda de presión al ventrículo derecho e insuficiencia cardiaca. La situación clínica se caracteriza por disnea, dolor torácico, insuficiencia cardiaca derecha y tendencia a la hipertensión pulmonar. Si no se restablece el flujo pulmonar precozmente, el cuadro puede ser mortal o, de sobrevivir, generar hipertensión pulmonar severa.
Les presentamos el caso de una mujer de 57 años de edad que, desde el confinamiento, comenzó un trabajo telemático con muchas horas sentada ante el ordenador. De forma brusca, comenzó a notar dolor torácico y dificultad para respirar. Acudió a urgencias del Hospital Cruz Roja de Córdoba, donde se hizo un diagnóstico precoz por angio-TAC y se activó la alarma de TEP. De madrugada, se efectuó un cateterismo cardiaco urgente. A la llegada de la paciente al Laboratorio de Hemodinámica presentaba una saturación arterial de oxígeno del 90%, pese a estar con oxigenoterapia con presión positiva. Con una presión sistémica de 90/55 mmHg tenía una presión pulmonar de 45/20 mmHg. Se efectuó una arteriografía pulmonar (Fig 1) que mostró una práctica oclusión trombótica de la arteria pulmonar izquierda, con un gran defecto intraluminal en su origen y sus ramas. Rápidamente, se introdujo un catéter conectado a sistema Indigo-Penumbra para desestructuración del trombo y aspiración de sus partes. Al finalizar el procedimiento, se efectuó una nueva angiografía que mostró la marcada reducción del trombo intraluminal y la perfusión vascular del pulmón izquierdo (Fig2). La saturación de oxígeno arterial subió al 98%, la presión sistémica subió a 120/70 mmHg y la pulmonar bajó a 35/18 mmHg. La Figura 3 muestra parte del material trombótico extraído. La paciente presentó una buena evolución.
Este caso pone de relieve la necesidad de evitar estar mucho tiempo sentados, de hacer profilaxis con Aspirina 100 mg/día si no podemos evitarlo, y de acudir a urgencias de forma precoz ante disnea súbita y dolor torácico, ya que si pasa tiempo y el trombo se organiza en la arteria pulmonar será mucho más difícil extraerlo. Para este tratamiento resulta imprescindible un diagnóstico precoz en urgencias.