En pacientes con tratamientos intravenosos prolongados en los que se establece una vía central con catéteres, puede producirse la fractura del catéter venoso que es frecuentemente embolizado al interior de las cavidades derechas o, incluso, al árbol arterial pulmonar. Ello puede ocurrir tanto en pacientes adultos como pediátricos. También pueden resultar cuerpos extraños la fractura de cables de marcapasos o guías en procedimientos terapéuticos percutáneos, así como dispositivos de implante que puedan haber embolizado.

Estos fragmentos de cuerpos extraños pueden originar infecciones y también pueden acumular coágulos que a su vez embolicen, por lo que resulta necesaria su extracción. Aunque siempre existe la posibilidad de hacerlo de forma quirúrgica, hoy día suele efectuarse a través de un cateterismo, introduciéndose por vía venosa o arterial, según donde esté alojado el cuerpo extraño, un catéter lazo que se orienta espacialmente para capturar uno de los extremos del cuerpo extraño.

El procedimiento puede ser más o menos complejo en función de donde se encuentre alojado y del tipo de cuerpo extraño que se trate. Los más complejos son los alojados en cavidades cardiacas y aquellos dispositivos de gran tamaño que hayan podido embolizar, ya que para extraerlos es preciso capturarlos por el punto adecuado que permita su pliegue sobre una cánula. En nuestra experiencia, hemos conseguido extraer todo tipo de cuerpo extraño perdido en ambas circulaciones, considerándolo un procedimiento seguro.