Fistulas arterio-venosas y veno-sistémicas
Las fístulas son cortocircuitos entre sistemas cuyo flujo evita la circulación capilar, sobrecargando el retorno venoso.
Las fístulas arterio-venosas producen una sobrecarga circulatoria hiperkinética y pueden localizarse en cualquier órgano o tejido, hasta en el cráneo en neonatos, que cursan con insuficiencia cardiaca grave.
Si la fístula es a nivel pulmonar (arteria pulmonar-vena pulmonar), además de la sobrecarga puede ocasionar el paso directo de pequeños trombos generados en el sistema venoso a la aurícula izquierda, pasando desde allí a la circulación sistémica, produciéndose un embolismo de repercusión grave. Otras fístulas sistémico-pulmonares pueden aparecer en pacientes con Atresia Pulmonar, tratando de suplir la isquemia pulmonar que el defecto congénito origina. Por tanto, pueden aparecer como suplencias fisiopatológicas que, aunque inicialmente son favorables, pueden resultar negativas si se plantea una solución quirúrgica y pueden requerir su cierre percutáneo antes de la cirugía. Tampoco es infrecuente la necesidad de cerrar fístulas quirúrgicas sistémico-pulmonares que se han establecido en la primera infancia como tratamiento paliativo y que dejan de ser necesarias tras la corrección definitiva más adelante en el tiempo.
Las fístulas veno-sistémicas comunican directamente el sistema venoso con la aurícula izquierda, originando una importante desaturación de oxígeno en la circulación sistémica. También se forman como mecanismo de suplencia en enfermedades con isquemia pulmonar, incluso tras la operación de Fontan para el tratamiento de la Atresia Tricúspide.
El cierre percutáneo de Fístulas resulta un tratamiento efectivo, no es complejo y apenas se han descrito complicaciones. Aunque no es un tratamiento frecuente, nuestro grupo posee una experiencia significativa. (Figuras…).