Cierre de Ductus Arterioso persistente

Ductus Arterioso persistente

 

El DAP (Ductus Arterioso persistente) es una alteración congénita que, según su tamaño y grado de cortocircuito puede llegar a producir situaciones graves a diferentes edades de la vida.

Lo que es una situación normal en la vida intrauterina y primeros momentos del alumbramiento (conducto conectando ambas circulaciones, la aorta y la arteria pulmonar), la expansión de los pulmones y el incremento de oxígeno circulante crean una estimulación endoproliferativa del conducto que junto a una vasoconstricción por fibras musculares lisas propician su cierre en el periodo neonatal.

Es curioso que, en determinadas cardiopatías con flujo pulmonar disminuido, su persistencia resulta favorable para mantener un flujo pulmonar adecuado. Pero en general la persistencia del Ductus ocasiona un cortocircuito izquierda-derecha, conectando ambas circulaciones. Al ser mayor la presión en la aorta que en la arteria pulmonar, cada latido origina un flujo sisto-diastólico de la aorta a la pulmonar. Este incremento origina una plétora vascular pulmonar y un desarrollo de hipertensión pulmonar a largo plazo.

El tamaño del Ductus y la cuantía del cortocircuito determinan su clínica. Si es grande, se suele presentar con insuficiencia cardiaca en la infancia, requiriendo casi siempre una obliteración mecánica. Si el Ductus es pequeño, puede pasar inadvertido y ser descubierto en un reconocimiento rutinario, por producir un soplo muy característico. En consecuencia, tras su diagnóstico se suele proceder a su cierre.

Clásicamente, el Ductus tiene un tratamiento quirúrgico que requiere toracotomía y ligadura o sección del conducto. Sin embargo, desde comienzos de los años 90, se han ido ideando dispositivos para su cierre transluminal a través de una punción vascular. La oclusión del Ductus puede efectuarse con coils o con dispositivos que al desplegarse en el conducto lo obliteran.

De nuevo, los dispositivos ideados por el Dr Amplatz son los más utilizados. El procedimiento es percutáneo (vena y arteria femoral), no requiere anestesia en jóvenes y adultos y es guiado por radioscopia y angiografía. Es preciso sondar el conducto, pasar una cánula, desplegar la parte distal del dispositivo y, en retirada, llevar hasta el conducto. Una vez allí, despliegue de cintura y despliegue del disco pulmonar. El posicionamiento correcto y obliterador es seguido de desatornillamiento e implantación definitiva.

En el siguiente mes, una película de neo-endotelio cubrirá las partes aórtica y pulmonar en contacto con la sangre. La introducción de toda prótesis obliga a una profilaxis anti-endocarditis y máxima asepsia durante el procedimiento. Nuestro grupo ha efectuado aportaciones científicas al desarrollo de estos procedimientos. (Referencias, publicaciones 1992 Sequential transcatheter treatment of combined coarctation of aorta and persistent ductus arteriosus, publicaciones Grupo Corpal 2016 )

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