Implantación de stent reabsorbibles (BVS)

Prótesis intracoronaria de material no metálico y reabsorbible

Desde el final de la última década, se ha introducido en el mercado un nuevo tipo de prótesis intracoronaria de un material no metálico que además es reabsorbible con el paso del tiempo, llegando a desaparecer. Tras el implante, este material plástico de ácido poliláctico expandible con balón, de igual forma que los stents metálicos, ejerce un andamiaje de la pared coronaria ateromatosa, consiguiendo revascularizar el vaso enfermo. Como en los stents metálicos de droga, el BVS libera a través de un polímero, también de ácido poliláctico, poco a poco una droga antiproliferativa (Everolimus) que impide una cicatrización exagerada con reestenosis. Durante 6 meses, ejerce una sustentación de la pared hasta su curación, impidiendo el recoil o retroceso elástico y siendo cubierta por una neoíntima. Al cabo de ese tiempo ya pierde esa función de sujeción y comienza un proceso de hidrólisis que irá poco a poco desestructurando el propio dispositivo hasta hacerlo desaparecer. Cuando lo hace del todo, la arteria coronaria recupera su capacidad funcional para dilatarse o contraerse, según necesidades, algo irrecuperable en las arterias tratadas con stent metálicos.

Utilizando un símil, es algo parecido a una fractura que nunca pudiera abandonar la escayola que la curó, frente a la posibilidad de quitarla cuando no es precisa. Aunque estos dispositivos están en evolución y aún son modelos iniciales, es mucha la investigación en curso al respecto. Nuestra experiencia comenzó a principios del 2011 y ya es mucha la información acumulada en más de 900 pacientes que se han visto beneficiados por este avance. Ello ha permitido publicar contribuciones científicas relevantes en cuanto a la técnica y utilización en lesiones complejas como las que están en bifurcaciones, son largas o presentan una oclusión arterial previa. En general, son hoy día indicadas en personas jóvenes, con placas ateromatosas blandas y en diversas condiciones clínicas, incluido el infarto agudo de miocardio. Resulta más cuestionable su uso en lesiones calcificadas, a no ser que sean previamente acondicionadas con diversas dilataciones previas. Tampoco parece oportuno su uso en vasos de pequeño calibre, ya que su grosor es algo mayor que los stent metálicos y protruyen más hacia la luz. Comparativamente con los stents metálicos de droga, el BVS es, como digo, de grosor de patas ligeramente mayor, creando mayor superficie teóricamente trombogénica y, por tanto, ser susceptible de una trombosis subaguda o tardía. Por ello, el tratamiento anti-trombótico en los pacientes tratados es más prolongado.

En cualquiera de los casos, los estudios hasta la actualidad muestran unos resultados a corto y a largo plazo similares a los obtenidos con stents metálicos de droga (DES), con iguales porcentajes de éxito inicial y tardío y con las mismas complicaciones iniciales y tardías, ambas en porcentajes muy bajos. La experiencia ha mejorado mucho el abordaje y las técnicas precisas para hacer cada vez más efectivo y seguro su uso, que se prevé aumente en el futuro próximo. Su mayor ventaja, su desaparición cuando ya no es preciso.

Cita médica
Cardiólogos - Grupo Corpal
Hola
¿En qué podemos ayudarte?