Certidumbre es certeza, conocer algo globalmente y de forma real. Aplicado al tiempo en nuestras vidas solo podemos tener certidumbre del pasado, pero nunca del presente y menos del futuro.
La incertidumbre sobre el tiempo que ha de venir es patente y ha sido siempre asumida por la humanidad. Solo un hipotético viaje en el tiempo hacia delante pudiera anticiparnos el porvenir. En relación a nuestras vidas, aunque al escribir el presente construimos el futuro, la incertidumbre del acontecer suele oscurecer nuestros planes en mayor o menor medida.
El principio físico de incertidumbre nos dice que, al ser la materia elemental la combinación de partículas, energía y movimiento, la visión de cada momento es siempre indeterminada por la ondulación de esta combinación y solo podemos conocer la probabilidad de encontrarla en un punto dado. Los caminos de la vida son la perpetua elección encadenada de decisiones que abren paso solo desechando otras opciones. Aunque uno puede soñar en la mente un tipo de evolución imaginaria, en la visión del sueño se dulcifica el camino o se espera como producto de un afortunado acontecer.
La mejor forma de anticipar el futuro es entender el presente, tampoco exento de subjetividad. Si somos materia y energía en movimiento, la visión del momento es incierta. El futuro solo aguarda…
Lo cierto es dos veces cierto, cuando lo enuncia un hombre sabio… gracias por compartir su pensamiento y porque no, estas angustias existenciales, apreciado Maestro.
Saludos desde América del Sur…
Querido Pepe, ni la certidumbre pienso que es certeza, porque cada sapiens tiene una visión de cada realidad que ha vivido e incluso puede cambiarla para sus intereses o no.
Me alegra que estés ahí con las reflexiones que compartimos. Espero que podamos hacerlo personalmente.
Un abrazo para ti y Javier