No dejan de abrumarme los pensamientos sobre cómo la vida en el planeta ha evolucionado hasta adquirir la consciencia de lo que somos con respecto al mundo. Resulta que, en todo nuestro inmenso Universo, la materia y la energía se combinan en relación con el paso del tiempo, desde la gran explosión o “Big Bang”. Justo desde entonces, el Universo se expande y esta expansión métrica del espacio es una pieza clave de la Ciencia actual para comprender. Y es que el propio espacio-tiempo puede observarse con una métrica que cambia al transcurrir, de tal forma que las dimensiones espaciales parecen crecer o extenderse en la actualidad. Hubo muchas teorías sobre cómo esto evolucionaría, cuál sería el destino final del Universo. Algunas, estimaban que el predominio de la materia, con su importante fuerza gravitacional, frenaría la expansión y acabaría por aproximarla progresivamente, hasta un punto extremo de implosión o “Big Crunch”. Otras apostaban por una detención de la expansión en un Universo estacionario.
Lo cierto es que los avances de la Ciencia en los últimos lustros han podido confirmar taxativamente que el Universo se expande de una forma acelerada desde hace más de 6000 millones de años. En las últimas estimaciones de la composición y distribución del Universo, solo un 4,9% constituye la materia ordinaria, un 26,8% la materia oscura y hasta un 68,3% la energía oscura. Es decir, la materia ordinaria existente y que vemos en nuestro mundo y lo que alcanzamos a ver, apenas llega al 5% del Universo. Bastante más representa la materia oscura de los agujeros negros que pueblan todo el Universo. Sin embargo, todo tipo de materia existente, ordinaria y oscura, no puede contrarrestar gravitacionalmente el gran predominio de la energía oscura, recientemente descubierta. Basado en las mediciones comparando el brillo de las supernovas tipo Ia en remotas Galaxias frente a las de otras más cercanas, Adam Riess et al en 1998 anunciaron el descubrimiento de esta energía oscura, así llamada por ser indetectable, al residir en el amplísimo espacio vacío, pero que representa una fuerza gravitacional repulsiva que hace que la expansión se acelere. Desde entonces, diferentes mediciones en radiación de fondo de microondas, lentes gravitacionales, nucleosíntesis primigenia de elementos ligeros, junto a la estructura del Universo a gran escala han confirmado la existencia de esta energía oscura o de vacío. Al expandirse el Universo,desde su comienzo, fue aumentando progresivamente el espacio inmaterial, con lo cual la energía oscura existente en ese primordio espacial fue creciendo hasta hacerse predominante en todo el Universo y responsable de su expansión acelerada.
Pero volvamos a la materia, justo lo que los seres vivos somos también. Toda la materia existente en el Universo podemos dividirla en materia visible y la que no vemos pero resulta detectable. A nivel cosmológico la Ciencia llega cada vez más lejos tanto en la observación del Universo visible como en el detectable por su emisión o radiación, así como por las interacciones gravitatorias. Por la radiación X emitida en su frontera de sucesos descubrió la Ciencia la existencia de los agujeros negros y otras fuentes energéticas, la materia oscura distribuida por todo el Universo y existente en cada galaxia. Por tanto, la materia puede formar enormes conglomerados compactos en espacios reducidos junto a galaxias, estrellas y planetas distribuidos por todo el espacio. A escalas más pequeñas, incluso también existen tenues estructuras de contenido biológico que conforman los seres vivos. Somos pues materia ordinaria del Universo y podemos analizarla.
Los sistemas biológicos caen entre los dos extremos del comportamiento físico, el cristal y el gas caótico. Una célula viva se distingue por tener una organización interna extraordinariamente compleja. No posee ni la simplicidad del cristal ni el desorden caótico del gas. La vida es un estado de la materia específico y peculiar, con un alto grado de contenido en información. El genoma de la bacteria más pequeña contiene millones de bits de información, información que no está codificada en las leyes de la física. Las leyes de la física se basan en simples relaciones matemáticas expresables con muy poca información. Son leyes universales que aplican sobre todas las cosas, aunque no pueden contener información específica de una clase de sistema físico, como es un organismo vivo. Debemos reconocer pues que la vida es un tipo de materia que surge no solo de las leyes físicas sino de ellas junto a una compleja historia medioambiental. La vida emergió en el planeta y evolucionó hacia una inmensa complejidad, como resultado de un proceso de cientos de millones de años, requiriendo para ello de un gran número de pasos que implican un procesamiento de la información para transformarse. Un organismo vivo lleva inmersa en él, mientras vive, los productos de una compleja y convulsa historia de la cual somos el resultado. Materia pues que lleva dentro una extraña energía,en parte ajena a las leyes de la física, que aún persiste en el planeta y que sigue acumulando información que servirá a la vida venidera.
Pero como digo, la vida es materia biológica del propio Universo, no del todo ajena a las leyes físicas. Al fin y al cabo, la materia biológica también está constituida por átomos. ¿Y de dónde vienen esos átomos? Pues resulta que todos los que conforman nuestros cuerpos están enraizados con estrellas que los manufacturaron en su interior. La explosión de sus ricos ingredientes a lo largo de la Galaxia fue creando las estructuras materiales hace miles de millones de años. Curiosamente, a nivel subatómico, cada átomo en sí mismo consiste en un 99,99% de espacio vacío. Materia ínfima en medio de una gran nada. Somos pues casi huecos. Justamente podemos decir que la materia biológica también posee la arquitectura que el Universo emplea.Por todo esto,nuestros cuerpos están biológicamente conectados con toda otra forma de vida en el planeta, químicamente conectados con todas sus moléculas. A la vez, estamos “atómicamente” conectados con todos los átomos del Universo. Somos, por tanto, polvo de estrellas y no de una forma figurada, sino literalmente hablando. Es al morir, cuando en auténtico polvo físico nos transformamos. Pero esa conectividad “atómica” es confortable para todo pensador. Como decía Stephen Hawking, “el ser humano es simplemente el producto avanzado de unos monos que habitan en un planeta menor de una estrella media o “average”. Sin embargo,podemos entender el Universo. Ello hace de nosotros algo muy especial”. Alcanzar la consciencia desde la materia biológica es un logro de la vida en La Tierra y es etéreo el pensamiento que de ella sale. Por tanto, nuestra materia corpórea reflexiva es bien conocida pero ¿qué sabemos de la energía que cada ser transporta mientras vive?
El término Energía tiene diversas acepciones y definiciones, aunque todas ellas están siempre relacionadas con la idea de “una capacidad para obrar, surgir, transformar o poner en movimiento”. La energía y la materia están relacionadas por la ecuación E= mc2 (masa por velocidad al cuadrado) según la teoría de la relatividad de Einstein. En todas las energías detectables del universo existen fuerzas y emisiones que se producen en el tiempo y, por tanto, evolucionan con él. La evolución energética del Universo hace que esté en continua transformación de tal manera que fuerzas muy poderosas se desvanecen y otras insignificantes, en un momento dado, ganan poder de una forma exponencial. Biológicamente, el desarrollo de la vida obedece a pequeñas transformaciones energéticas que fueron activándose durante millones y millones de años hasta conformar seres multiorgánicos con cometidos energéticos específicos para la función. Energías que, universalmente hablando, son ínfimas pero a la vez son capaces de generar pensamiento y aprendizaje. Pensar que este proceso energético que hace posible la vida en La Tierra se dé solo en nuestro pequeño planeta no es muy creíble por el mundo científico, aunque no se haya podido demostrar nada hasta la actualidad. Es claro que la energía vida, en cualquiera de sus formas y manifestaciones, puede surgir en determinadas condiciones ambientales y en función de ellas evolucionar con el paso del tiempo. Que existe esta energía en otros planetas de esta y de otras Galaxias es algo que, aún siendo indemostrable por el momento, existe una certeza lógica imposible de rebatir. Si no, no habría tanta búsqueda de vida fuera de nuestro planeta. La humanidad busca fuera cualquier signo de vida. Búsqueda de vida inteligente o no, pero capaz de evolucionar hasta alcanzar la consciencia para también buscar fuera. Imaginemos que existe esta energía en todo el Universo y existen diferentes formas de vida en otros planetas, seres diferentes a nosotros como consecuencia de su propia evolución medioambiental, pero capaces de generar pensamiento y comprensión del Universo. La lejanía aísla estas tenues energías por todo el Espacio exterior, aunque pudiera haber lugares en los que esta energía fuera más frecuente. En forma de islas o formando “clusters”, como ciertas estrellas, la energía de la vida puede y debe poblar todo el Universo. Determinados cosmólogos como Kardashev lo dan por hecho y hasta clasifican las posibles civilizaciones por venir, según nuestra propia evolución, o por descubrir en otros sitios,en función del consumo y utilización de la energía que fueran capaces de manejar. Kardashev comienza por el tipo I, aquella civilización que utiliza toda la energía solar que llega gratis a su planeta. La nuestra trata de alcanzar el tipo I, aunque aún no lo hemos conseguido. Estamos en la transición del tipo 0 al tipo I. Pero sigamos, según Kardashev, el tipo II utiliza toda la energía que le ofrece su estrella. El tipo III, utiliza la energía de una galaxia entera. Se estima que cada tipo de civilización en la graduación Kardashev es de diez a cien mil millones de veces más potente en ganancia energética que el tipo anterior. Dado que existen unos cien mil millones de galaxias en el universo visible, un hipotético tipo IV de Kardashev llegaría a utilizar energías extra-galácticas. Se piensa que al hacerlo se encontraría con la energía oscura, tan abundante en el Cosmos. Una hipotética civilización tipo IV sería incluso capaz de atrapar la energía oscura para poder contrarrestar la inexorable expansión y dispersión perpetua como destino esperable de nuestro Universo. De llegar a conseguirlo, quien dice que no podrían saltar a otros Universos paralelos. Los soñadores cosmológicos así lo vaticinan.
Pero no vallamos tan lejos. Solo pensemos que la energía vida debe existir en muchas partes del Universo, justamente por ser una energía más del mismo. Sin duda, habrá vida en muy distintas fases de su evolución medioambiental pero, también sin duda, habrá muchas de ellas que habrán alcanzado la consciencia y busquen vida fuera de su entorno. Las distancias abismales y la máxima velocidad alcanzable, por el momento la de la luz, nos hacen pensar que el contacto no es posible. Teóricamente, podemos ser detectados pero no visitados. Existen, sin embargo, muchos que piensan que desde hace tiempo fuimos visitados. Si es así, hay que celebrar su actitud pacífica hacia esta pobre civilización que aún se debate entre la autodestrucción y la conquista de las estrellas. Si nos han visitado en tono observador y nos han dejado evolucionar, quizás con algún grado de influencia favorable, querría decir que de alguna forma sus intenciones son buenas y, simplemente, estarían supervisando nuestra evolución. Eso sería muy tranquilizador. Pero también la humanidad quiere salir fuera y colonizar otros mundos. En el transcurso de este siglo habrá colonias humanas habitando Marte y llegando allí quién sabe hasta donde alcanzará esa humanidad viajera y exploradora.
¿Qué pasaría si fuéramos nosotros los que descubriéramos vida fuera?. La NASA y la Agencia Europea tienen expectativas de localizar estados propicios para la vida en diversos puntos del sistema solar, como en los satélites Titán, Enceladuso Europa, con evidencias de agua, elemento esencial para la vida. Sabemos que es imposible la existencia de vida en el resto de los planetas del sistema solar, pero sí puede ser posible en algunas de sus lunas, por lo que en un periodo de tiempo sabremos si existe una vida, o primordio de ella, en otros puntos del sistema solar. Si así llegara a ser también nosotros pudiéramos supervisar la evolución de esa vida inicial para protegerla y hacerla evolucionar de forma favorable. Lo cierto es que hablamos de lo más próximo en el espacio y en el tiempo, pero quizás a través de él pudiéramos viajar y visitar la Galaxia, encontrar otros mundos, descubrir…, la gran pasión de la humanidad.
No sé de qué forma, civilizaciones tipo II o III de Kardashev hayan podido contactar o influir en nuestra evolución. Quizás hayan sido pocos los contactos, si los hubo, pero también quizás hayan sido otro tipo de influencias más espirituales, como la encarnación humana de otros seres superiores para dejar influencias favorables. Quién puede asegurar que personas como Mozart o Einstein no eran seres transmutados para dejar tal legado. Hay mucho ser humano que parece extraterrestre y quizás lo son sus espíritus encarnados, aún sin saberlo mientras viven en La Tierra. Los tránsitos de la propia vida espiritual en energías vivas pudieran no tener fronteras ni distancias. La transmutación de los espíritus por todo el cosmos podría ser algo real y una forma de enriquecer la vida en todo él, ayudando a evolucionar favorablemente.
La energía vida busca procesos parecidos por todo el cosmos, como si quisiera conectar para crecer. También hubo otras energías que pasaron con el tiempo de ser tenues a dominar hoy el Universo, como la energía oscura. ¿Por qué no poder imaginar o soñar que la vida unida de todo el Universo sería un tipo de energía capaz de llegar a ser dominante en el cosmos?. Una Energía de corte espiritual encarnada en seres vivos y que llegara a dominar el Universo, solo podría llamarse Dios…
lo que se relata en este escrito, me parece fantástico; la fuerza o energía caracterizada como espíritu, que por supuesto es el proceso de evolución hasta alcanzar la conciencia en esa energía de vida encarnada en el ser humano, ¿no será su máxima evolución? y que lo que sigue es la evolución de la inteligencia que, en la vida biológica alcanzo lo máximo con el cerebro al que por supuesto, la ambición del hombre no lo deja evolucionar más! esa evolución de la inteligencia y hasta del espíritu, no será que sigue con el desarrollo de la inteligencia artificial encarnada en los metales u otros elementos más resistentes? y, porque todo se llega con la incógnita de Dios?
Me resulta curioso la idea sobre la llegada o influencia de otros seres, porque sí el universo se encuentra expandiéndose del hace tanto; la probable llegada o conexión se reportó en un universo menos extenso
De acuerdo con Vázquez-Reyna (2008), la materia tiene las siguientes propiedades fundamentales:
Primera. Es indestructible, y existe en cantidad infinita, por lo cual la nada no ha existido, no existe, y no existirá jamás, y se generan las leyes de conservación. El orden universal proviene del carácter inmutable de las propiedades de los componentes primigenios de la materia.
Segunda. La materia es impenetrable a muy cortas distancias. Es y tiene su propio espacio. A distancias grandes los espacios de los átomos son penetrables, siendo campos y se superponen generando el espacio ordinario, el cual es, como se dice, propiedad de la materia, y no puede estar vacío, ya que él mismo es materia.
Tercera. La Materia está compuesta de átomos (partículas elementales). Los componentes atómicos de la Materia poseen la energía o la inercia, son heterogéneos entre sí, y el carácter de la heterogeneidad es energético o inercial, por ello se generan el movimiento y la oposición a él, la tendencia al reposo, universales, y la diversidad universal.
Cuarta. En virtud de su energía o inercia, los átomos de materia con energía y los átomos de materia con inercia son contradictorios entre ellos, aplican fuerzas hacia fuera de sí mismos y por ello se hacen ponderables. Estos átomos son componentes de los átomos, así llamados, de los elementos químicos.
Quinta. Se asocian los átomos entre sí por su energía, o por su inercia, es decir, se integran entre sí los de la misma esencia, y por su asociación, de los que se mueven, los de la esencia dinámica, generan el movimiento universal, la vida, el proceso universal de integración evolutiva y la diversidad universal, y los de la esencia estática, que se oponen a la vida, generan la gravedad y lo inerte e intentan detener el progreso tendiendo al reposo, sin tregua.
Sexta. La existencia y forma de ser de la materia no dependen de que algún Ser la observe, es decir, existe por sí misma y es, y tiene por ello carácter objetivo.
Séptima. Es cognoscible por sí misma siendo un ser integrado. Y, se reitera, genera el conocimiento de sí misma, por si misma.
Octava. Sus propiedades le son inmanentes, esto es, la constituyen, y no fueron creadas.
Novena. La vida es propiedad de la materia dinámica. Esta propiedad se manifiesta como vida orgánica cuando una entidad dinámica alcanza cierto nivel de integración evolutiva, el de las algas, por ejemplo, en las cuales el fenómeno de la individuación aparece por primera vez en la historia del proceso de integración evolutiva. Y mucho después, a su debido tiempo, aparece la conciencia en los seres que alcanzaron el último nivel de integración evolutiva, logrado hasta la fecha.
Todo termina siendo según la percepción de cada ser viviente, es decir es algo premeditado y termina en fantasías que también son aceptadas o no, de acuerdo a la percepción. Obviamente la percepción es parecido al concepto de Dios, ya que todo lo puede cambiar y dominar. La fantasía es lo que mueve el mundo y las civilizaciones, de no existir, todo sería monótono y carente de interés. Sigamos participando, hasta que algo ignoto lo determine. Es lo único que resta.
Ya en la antigüedad se dijo que el ser humano es un microcosmos. Creo que pertenecemos a un organismo que es infinito pero que va cambiando constantemente y de la misma manera que cada célula forma parte del microcosmos que es cada ser, así los seres vivos somos pequeñas células con diferentes funciones dentro de ese organismo que es nuestro universo. Continuando con mi razonamiento para mi la muerte no existe, es un cambio de estado. El Big Bang fue como una enorme diástole del inmenso corazón de nuestro universo que aún continúa. Por supuesto, creo en la existencia de infinitos universos lo mismo que en la de infinitos seres vivos que estarán no sólo en la tierra sino por todo el cosmos.
TODA materia es energía.
reflexión rápida: de que está hecha la materia? de estructuras moleculares, de elementos.
estos a su vez están hechos de átomos! y estos a su vez de partículas más pequeñas (electrones, protones, quarks, etc)— y si sigues ese camino llegarás a la energía.
Aunque una estructura molecular se fragmente, descomponga, etc quedarán los átomos. Incluso aunque se divida ese átomo (fisión) quedará la energía. NAda se pierde.
Cuando se originó el Universo, todo era energía concentrada. A medida que este se fue expandiendo y enfriando se fue formando materia a partir de energía.
Todo es Física y Química.
Sin la luz del ser, nada hay. Toda existencia se da en el ser. El ser es el fundamento absoluto, esencia única, (eterno presente)
El ente, la realidad natural, Cosmos o Universo es algo que esta siendo por participación del ser y, como de la nada nada puede hacerse ya que no se da fuera del ser, (ex nihilo nihil fit) sólo la contradicción del ser, su propia negación, su alienación fundamenta la existencia empírica (grado inferior) al espíritu. La nada es el punto nodal (Big Bang) o colisión interactiva de los contrarios radicales y absolutos «ser» y «no-ser» que da lugar al espacio tiempo y toda la dialéctica evolutiva. El Cosmos o Universo sólo es un conjunto dentro del absoluto. Por el conocimiento el ser autentico, refuta lo falso en aplicación de los principios del ser y conocer (identidad, no contradicción y tercio excluido). Dios espíritu puro, dómino del ser su esencia, se justifica en la verdad y el amor. Verdad de la afirmación per se. Amor de la negación en la humildad nihil. No ha lugar la eliminación, la disolución del ser en la nada.
Tiempo, Energía, Materia, Vida, Consciencia.
Si «la energía ni se crea ni se destruye: se transforma», es asombroso caer en la conclusión de que la energía perteneciente a la luz emitida por tu móvil, hubo un tiempo atrás en el que llegó a formar parte del mismo Big Ben.
El tiempo no existe, solo es un concepto abstracto que nos ayuda a comprender la transformación de la materia. Pero es necesario mencionarlo para comprender que:
Si fueras tan pequeño como una hormiga y caminase encima tuyo: me verías moverme como a cámara lenta, el sonido de mis pasos causaría temblores desde tu óptica.
Pese a que yo pudiera abarcar mayor distancia que tú, tus acciones serían más rápidas que las mías. Porque los átomos que te componen necesitarían recorrer una distancia menor que los míos, tus células para seguir manteniéndote vivo y tus neuronas para hilar nuevos pensamientos.
Si fueras tan diminuto como un microbio, ¿te podría ver? No.
Si pudieras verme: podrías nacer, crecer, envejecer y morir; y no me verías moverme ni un solo milímetro debido al desfase temporal.
Normalizarías el lento movimiento de los cuerpos masivos. Así como nosotros hemos normalizado la velocidad de los cuerpos de nuestros astros con movimiento casi estático desde nuestra perspectiva.
Si yo intentara agacharme y llegar hasta ti, tú ya habrías dejado de existir hace mucho. Yo no sabría si alguna vez has existido, solo podría tirar de hilos observando lo que hubo a tu alrededor en tu ecosistema. Ver cómo trataste tu entorno más longevo.
Si fueras tan grande como para que el sol ocupe tu puño, percibirías los planetas seguir su recorrido orbital hasta que pierdan su fuerza gravitacional y se salgan de sus órbitas. Verías el fin de nuestro sistema, durante apenas minutos, lo que a mí me supondría millones de años.
Quizás la energía sí se pueda crear y destruir fuera de nuestro universo.
Quizá la energía del Big Ben fue creada por algo o alguien. Y desde entonces ha sido transformada.
Siempre que se habla del Big Ben se habla en pasado. Error. Aún no ha terminado.
Vivimos en una partícula expelida por una explosión que aún no ha finalizado. No lo percibimos así desde nuestra perspectiva y desfase temporal microbiano.
«Así como es arriba es abajo, y así como es abajo es arriba». Dado que todo lo que hay en nuestro universo está regido por las matemáticas: todo es medible y calculable.
¿Por qué los planetas son redondos? ¿Por qué las gotas de agua a gravedad 0? ¿por qué lo son nuestros ojos? Si detonamos una bomba en el aire sin gravedad que oponga resistencia, su forma sería esférica, ¿el universo lo es?
¿Matemáticamente cuerpos masivos legan su forma a otros más pequeños?
El remolino que se forma en tu bañera, en la piscina, en el mar, huracanes… ¿una galaxia es un remolino de partículas?
No hemos descubierto el fuego, ya se estipuló que Zeus venció a Cronos. Que no es el tiempo, es la energía. Es lo único que hace vibrar a los átomos.
¿Qué hay de la mente y consciencia? ¿Dónde cabe lo abstracto que hay en la pesadilla de un ciervo?
En cierto libro se dice que Dios está formado por energía pura. En cierto modo, hemos normalizado tanto lo que somos desde una óptica humana que hemos olvidado que nosotros también somos energía.
¿Por qué crearías libre albedrío a tu imagen y semejanza? ¿Por qué le darías la libertad de elegir pese a que eso signifique que pueda renegar de ti? ¿Para conocerte a ti mismo?
¿Cuánto tiempo transcurrirá desde que dejas de existir en adelante? ¿Infinito? ¿Qué es infinito comparado a 100 años de existencia? Ni un parpadeo en la curvatura de la Vía Láctea. Eso es lo que vale nuestra existencia. Incalculable.