Cumplir y cumplir vueltas al Sol confiere la percepción de avanzar en la vida propia mientras vemos que otras son canceladas. El que alcanza la senectud ha visto desaparecer a muchísimos seres coetáneos queridos, padres, hermanos, amigos íntimos y otros no tanto. Todos se fueron y muchos aún perviven en nosotros. Se avanza pues en la vida, al parecer de forma afortunada, por continuar vivo en un frente en el que silban las balas alrededor y hay, además, añoranza de los que se fueron. Curiosa esta forma de avanzar. Desde luego, proporciona una visión global de la vida más nítida cada vez que se acerca a su fin. Yo creo que en estas fases últimas que nos quedan es preciso aprovechar el conocimiento que nos ha deparado el simple hecho de vivir para tratar de armonizar todo el recorrido, porque es grato llegar al final de forma consciente y coherentes con lo que hemos sido. Aunque aportes cada vez menos en tu entorno, es preciso seguir haciéndolo, aunque sean simples frases o actos simbólicos que pueden ser recogidos por alguien cercano. Ya no hay interés por destacar. Profesionalmente hablando, disfruto de una mera labor de médico residente en nuestro grupo de trabajo, aprendiendo de los jóvenes valores que se incorporan. Me gusta mucho aportar de esa forma, como médico de a pie. Para mí, es placentero el estar fuera de todo y tener mucho tiempo para estar conmigo, pensando sólo por mí, sin influencias  y siendo yo mismo cada vez más fácilmente. Ya no hay vuelta atrás y todo lo vivido forma nuestra trayectoria que a estas alturas podemos hasta resumir. El resumen de mi vida está en mi mente pero no me corresponde expresarlo. Nadie, en verdad, lo conoce a fondo aunque bastantes huellas y mensajes dejé, por si alguien en el futuro le interesa resumirla. Pero tampoco eso quiero. Yo, desde muy pequeño quise pasar desapercibido. Constataba día a día que era lo mejor. Desde el colegio, a la mili, a la universidad y hasta a la práctica profesional, siempre fue eficaz el no querer destacar, ser uno más de la fila que desea que el cabo no se fije en mí. Ese deseo perduró en mi vida y también me gustaría que continuara después de mi muerte. Una vida más de tantas que se van. Tampoco hay problema en desaparecer de forma desapercibida. Un simple mutis por el foro.

Pero centrándonos en el avance vital a edad prolongada, un sinfín de enfoques pueden aparecer, la mayoría de ellos de carácter pesimista, de cercanía del fin, de abandono, ya nada hay que hacer, ya existen otras generaciones que te sobrepasan. A todo esto se suma el deterioro corporal con múltiples “dolemas” que dificultan tirar “palante” cada mañana, cuando no surge una enfermedad o una disfunción. Difícil tesitura la que se nos plantea. En cierto modo es lógico sentir angustia física y emocional, siendo frecuentes la preocupación, la tristeza y el dolor. Existe además mayor vulnerabilidad y menor relevancia, pasamos desapercibidos, curiosamente lo que siempre perseguí. Y es que el ser no percibido da pie y tiempo para ahondar en un camino mental, un “mind way” en el enfoque. Una larga vida proporciona gratis el conocimiento adquirido por el mero hecho de vivir y ese saber es muy importante para poder seguir avanzando. El “mind way” radica en que, existiendo la tendencia al deterioro corporal, podemos contrarrestarlo manteniendo el cuerpo junto a un estado mental provisto de mayor sabiduría que habría que aprovechar. El camino mental conlleva el disfrute de aspectos de la vida que siempre estuvieron pero que antes pasaban como poco percibidos. La naturaleza, el mar, la tierra, el aire y hasta el universo son aspectos dignos de admiración y de disfrute. A todos los niveles, hasta en mi modesto jardín, percibo cada vez más la naturaleza, los pájaros, mis árboles y mis flores, mis plantas con los que hablo. Además, todo aquello que podemos visitar. La belleza está en todas partes, solo hay que descubrirla y disfrutarla. Pero además, está el mundo de los sentidos con una extraña paradoja: cuando más puede admirarse y aprovecharse el valor de los sentidos resulta que estos se van apagando poco a poco. Se va perdiendo vista y oído justo cuando más gustaría ver y oír. La música siempre estuvo pero ahora, si cabe, más aunque a mayor volumen sea. Su disfrute, también se aprende a exacerbar. Hay que saber elegir aquello que queremos ver y oír para mejor aprovechar. La lectura y la escritura son otras posibles vías de ensalzar el intelecto, la vía mental.

Si el mundo de los sentidos puede ser explotado a cualquier edad, no digamos adentrarnos en el mundo de los sentimientos. Vivir enseña mucho en las relaciones personales. También ayuda a distinguir los verdaderos amigos y amigas de aquellos que, simplemente, aparentan amistad mientras tú les intereses. El amor sale ahora más asentado hacia todos los seres queridos, sin requerir nada a cambio. Es puro sentimiento en el que también podemos pensar y deleitarnos. Tampoco hay por qué expresarlo, solo sentirlo. De la falsa amistad, solo pensar que ellos se lo pierden, mi amor es sólo para el que lo merece. Mi predisposición a la bondad con los demás no está exenta de una mirada fulminante a quien es malo, conmigo o con los demás. Se distinguen claramente con el tiempo, aunque reconozco que en algunos casos fue decepción e incomprensión lo que sentí. A estas alturas es más difícil sentirse engañado y con la mirada se aprende a desenmascarar al perverso. Pero sigamos con las ventajas del “mindway”.

Nuestra vida es como una película que es posible evocar. Cosas buenas y cosas malas ocurrieron pero nuestra memoria está incólume y presta para evocar. Evocar es revivir y un tipo primario de conexión o viaje temporal con la totalidad del ser, casi desde que nacimos. Centrar nuestro pensamiento en el recuerdo de aquellas vivencias (ahora ya fuera de su contexto), aquellas que estuvieron llenas de intensidad y de magia. Es como revivir lo placentero y resulta bueno poder disfrutarlo de nuevo, aún sin la intensidad del momento. En la evocación y en el recuerdo también entran los seres queridos que ya marcharon. ¿Cómo llega a ser esa comunicación con nuestros seres queridos que ya se fueron pero que tan dentro nuestro quedaron?  Es claro que comunicación con ellos existe, yo al menos lo percibo, pero estamos obligados a profundizar también en ese tipo de conexión, pues es algo muy especial que nos mantiene unidos, ya sea en sueños o en plena vigilia. Yo les hablo y me parece escuchar sus respuestas. La conversación continúa con ellos. Otra linda vía mental para avanzar.

El alcanzar una larga vida proporciona la sensación de pertenencia a toda una generación que vivió la historia de tantos años. Generaciones que han pasado de la simple calculadora (recuerdo, “Texas Instruments”) al acceso a una inteligencia artificial. Desde el papel y el boli al ciberespacio. El trayecto fue largo y la tecnología nos obligó a entrar en la vida virtual quieras o no, paso a paso, con rápida asimilación y con todo un aprendizaje continuo que nos ha traído  hasta aquí, un lugar y un tiempo con acceso a tanta información como queramos. Con todos los inconvenientes que esto conlleva para muchos, tenemos que reconocer que nuestras generaciones disponen en la actualidad de todo un mundo audio-visual en casa para nuestro deleite que nunca podíamos haber soñado. Y no sólo eso, hay tantas cosas que disfrutar. Un ejemplo. Por primera vez en la historia de la humanidad podemos contemplar una puesta de sol en Marte vía “Curiosity Rover” y compararla con la que tenemos en la Tierra. Admirable y poética la paradoja que se da. Acostumbrados a las puestas de sol rojizas en nuestro planeta azul resulta que contemplamos puestas de sol azules en un planeta rojo. Aunque tiene explicación científica basada en la absorción de la luz por el polvo suspendido en cada atmósfera, no me digan que no es una maravilla contemplar ambos atardeceres. Rojo en el planeta azul y azul en el planeta rojo. Qué bonito, por Dios, el contemplarlo y disfrutarlo. Comprendo que puede ser algo intranscendente, pero creo que es un privilegio tener acceso directo a los avances espaciales y astronómicos. Poder contemplar desde casa imágenes de telescopios espaciales como el Hubble o el JWST que miran a tantos sitios y a tantos tiempos desde el inicio del Universo es todo un privilegio de nuestro tiempo. Formamos unas generaciones que han avanzado forzados a incorporar tecnología de forma continuada y a toda velocidad. Pero también nos hacemos participes de todo el saber a nuestra disposición gracias a la tecnología. Sin abusar de ella, qué bueno todo lo que podemos aprender y ver en la red. Marte azul y La Tierra rojo, es todo un espectáculo ante nuestros ojos. El mero hecho de contemplarlo es un regalo para el “mind way”.

 

Imagen del atardecer en la Tierra y en Marte

 

Finalmente, en cuanto a las expectativas, es lógico tener pocas. ¿Qué más puede suceder?. Por el camino aprendimos a hacer frente a las adversidades y forjamos nuestra resistencia. Resistir ayuda a pervivir, lo que va implícito en cualquier avance. Además, siempre hay un ruego…”Virgencita que me quede como estoy”… Es preciso perseverar en el ser por muy anciano que se sea, por dignidad. Pero seguir teniendo sueños a edades avanzadas parece un dislate. Yo he podido comprobar que no solo es posible sino enriquecedor hacer realidad un sueño, por absurdo que parezca, por nimio que el sueño sea. Todo lo que se sueña es muy improbable que ocurra, de ahí el anhelo que fuerza su persecución. Hay todo un entramado entre las cosas que ocurren y lo que deseamos o soñamos que suceda, por eso parece prudente no soñar nada. Pero resulta que los sueños surgen espontáneos y son siempre posibles aunque improbables. Pero no nos engañemos, los sueños conseguidos son siempre el producto de un duro y tenaz esfuerzo. Tanto es así que cuando se hacen realidad parece normal que así sea, por el tiempo y el esfuerzo empleados. Durante toda mi vida he pensado que lo mejor estaba siempre por llegar. Como si un sueño fuera, esa esperanza se mantenía. Llegaron muchas cosas buenas pero siempre aspiraba a más. Pensar así a estas alturas es absurdo pero mi esperanza no declina. Lo mejor de toda una vida es difícil de delimitar pero esperar que algo mejor a todo lo vivido esté aún por llegar es una quimera difícil de sustentar, aunque sólo los locos sueñan. A no ser que lo mejor de toda una vida sea poder contemplarla globalmente llenos de serenidad y de consciencia, lo que hay que perseguir con insistencia. Sería un sueño final que siempre estuvo presente. Cuerpo suficientemente sano y mente ávida para contemplar la belleza de la vida y disfrutarla. Una forma de avanzar por la vía mental con esperanza.

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