(Un Trayecto Transcontinental del Sur de Iberia)

 

En el mes de Julio de cada año, un grupo de amigos pilotos organizamos un vuelo que denominamos Spirit of Corpal” (sería larga la explicación del título, aunque está llena de sentimiento). Desde Julio del 2009, Spirit of Corpal voló por toda la Península Ibérica, Islas Baleares y Canarias, Córcega y Cerdeña, Sicilia, Tánger, Agadir… . Cada año, un trayecto diferente, visitando lugares increíbles y disfrutando del placer de volar con amigos pilotos, siempre aprendiendo de ellos, siempre disfrutando de la amistad y de la pasión por volar. Al llegar el año 2020, el Covid 19 trastrocó todos los planes. Tras el confinamiento y los terribles meses de Marzo, Abril y Mayo, la curva de infectados comenzó a decrecer, lo que reestableció una llamada “nueva normalidad” en la que se convivía con el virus, con estricto control de los brotes. El caso es que llegado Junio había que decidirse si renunciar al vuelo tradicional o tratar de superar la situación con un corto pero ambicioso proyecto.

Con ilusión, nos pusimos a prepararlo en tiempo récord. Vuelos privados en contexto Covid suponen un mar de aspectos a considerar. La tripulación sería la de otros años, la gran Paloma Requena, jefa de la expedición, Paco Martínez detrás y yo a la izquierda de Paloma como piloto al mando. La ruta iba a ser más modesta que la de otros años, pero queríamos darle un sentido. De Córdoba volaríamos a Melilla donde estaríamos un día, de allí a Almería, donde también pernoctaríamos y de allí vuelo a Jerez para repostar y directos a Portimao en el Algarve portugués. Solo quedaba un descanso y la vuelta a Córdoba. De manera que, de repente, caímos en que el trayecto podía considerarse “Transcontinental del Sur de Iberia”, porque tocaba Melilla al norte de África, Andalucía y el sur de Portugal, es decir, el sur de Europa. Con ese título queríamos superar las dificultades en un momento especial de la lucha contra el Covid. De entrada, los 3 miembros de la tripulación nos realizamos el test que resultaron negativos. Además, había que aprovisionarse de mascarillas, gel antiséptico y extremar precauciones de distancia social en cada sitio. Al visitar Portugal, nos preguntábamos si podría haber restricciones. Fue curioso comprobar que mientras en Portugal no hubo ningún impedimento, la vuelta a Córdoba desde Portugal le originaba a la directora del aeropuerto de Córdoba problemas e incertidumbre. Nosotros rellenamos un formulario e ignoramos las quejas de la directora, quien pretendía una inspección sanitaria en Jerez, antes de volver a  Córdoba. Estábamos preparados.

El Lunes día 20, despegamos de Córdoba en la bimotor Séneca PA34, en dirección a Melilla. La duración del vuelo fue de 1 hora y 55 minutos. Volamos a 6000 pies de altitud y en el descenso disfrutamos una bonita aproximación al aeropuerto de Melilla, entrando por la bahía y tomando por la pista  15. En Melilla nos esperaba en el aeropuerto mi amigo el Dr Rafael Carroquino, eminente Odontólogo que ejerce su profesión en Melilla desde hace más de 20 años. Él y su esposa Rosa fueron unos magníficos anfitriones. Nos enseñaron la ciudad, nos relataron con detalle su historia, plaza española desde 1498. Dormimos en el Parador, con una magnífica vista. Al día siguiente pasamos los controles y despegamos por la pista 33, con viraje a la izquierda para evitar territorio marroquí. Volamos bajo nubes a 1000 pies durante unas 15 MN con rumbo 010. Una vez desaparecieron las nubes, subimos a 5000 pies. Ya en descenso, el controlador de Almería nos autorizó a aproximarnos con una larga final a la pista 07. Hacía mucho viento pero preferentemente de cara (240), por lo que la toma fue perfecta y en corto espacio de pista. La duración del vuelo fue de 1 hora y 15 minutos. Pasamos los controles y solicitamos combustible para el día siguiente. De allí, derechos al hotel, donde salvo la cama para dormir y un distante servicio de desayuno, nada había para comer. Nos fuimos a una cafetería cercana a tomar un sándwich. Cenamos en un buen restaurante recomendado y nos fuimos a dormir.

Al día siguiente, hicimos 2 planes de vuelo, uno Almería Jerez y a continuación otro Jerez-Portimao. Repostamos y despegamos por la pista 25. Volamos a 1000 pies hasta Roquetas de Mar y de allí ascendimos hasta 4500 pies con rumbo 270. En las cercanías de Málaga había nubes a nuestra altitud, por lo que bajamos a 1000 pies para no interferir en el aeropuerto de Málaga, lo que nos permitió bordear la Costa del Sol a baja altura. Al llegar a Marbella, entramos a tierra en ascenso hasta los 6500 pies para superar las montañas e iniciar descenso a Jerez. Entramos en circuito con viento en cola izquierda a la pista 20. Duración del vuelo 1 hora y 50 minutos. Repostamos y con plan de vuelo en curso paramos poco en Jerez. Despegamos también por la pista 20, viramos a la derecha e iniciamos un maravilloso vuelo por la desembocadura del Guadalquivir y el Coto de Doñana a 6500 pies. Unas vistas increíbles. Entramos en Portugal por el punto Nirak, justo en la vertical de Ayamonte y su precioso puente sobre el Guadiana. Controlados por Faro aproximación fuimos dirigidos en larga final a la pista 29, donde tomamos en pista corta sin problemas. Duración del vuelo 1 hora y 35 minutos. Solo nos pidieron identificarnos y ningún otro control. Con todo el respeto, distancia social  y pulcritud, descansamos 3 días en Praia da Rocha, visitando Portimao y sus cuevas costeras. Fue un placer sentir de nuevo Portugal en mi corazón. El sábado 25, despegando por la pista 29, fuimos de nuevo controlados por Faro primero y Sevilla después en vuelo directo a Córdoba, que duró 1hora y 40 minutos, tomando por la pista 03.

En definitiva, incluso en épocas sombrías, los sueños se pueden cumplir. Spirit of Corpal 2020 cumplió la tradición de realizar un trayecto aéreo que resultó ser un auténtico “Transcontinental del sur de Iberia”.

Sobre las nubes, Spirit of Corpal 2020
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