Primer vuelo Córdoba-Las Palmas- Spirit of Corpal

Inicio aquí, unas horas antes de mi partida, un nuevo escrito sobre mis impresiones en este viaje tan ansiado y tan perseguido. Un sueño más para conseguir sin que ello signifique más que comprobar el valor de la persistencia en los deseos.

A estas alturas de mi vida, compruebo que sigo siendo como un niño, un niño grande que no aprende que en la vida es preciso ser pragmático y dejar de soñar los sueños de la niñez. Pero lo cierto es que nunca dejé de soñar como un niño, es decir, con la pertinaz esperanza de poder conseguirlos. Yo sé bien que solo se consiguen los sueños que se super-trabajan… y, siempre, tras mucho tiempo de perseguirlos…tanto que, al final, dejan de parecerlo, por la contumacia empleada. Cuando llegan agradan, pero no enloquecen tal y como se desearon. Así, llegué a conseguir muchos sueños, la mayoría de ellos profesionales y no sobre mi persona sino como conquista colectiva. Es más, pienso que mis sueños siempre me perjudicaron de alguna manera como persona, a pesar del placer personal de conseguirlos. Pero esto es otra historia y no es momento de divagar.

Sé que este sueño, que parece que se va a conseguir, es muy especial y en estos momentos siento algo parecido a lo que sentía horas antes de viajar a China. Como entonces, soy consciente de que voy a vivir, con intensidad y percepción acentuadas, un viaje muy esperado e insólito y, por tanto, quiero escribir todas mis percepciones para que las vivencias no pasen simplemente al olvido de lo vivido, como todo en la vida, para que permanezcan en mi interior y pueda revivirlas al releerlas…en cualquier caso, como entonces, siento la necesidad de escribir al respecto todo lo que a mi mente llegue.

Lo primero, en estos momentos, es la consciencia de que habrá momentos de riesgo y peligro, pero siempre tuve claro que el mayor peligro es simplemente estar vivo…, por tanto, será cuestión de vivir el peligro de vivir. Lo segundo es el pensar que, aunque de nuevo un sueño individual, es también una apuesta colectiva, una esperanza de consolidar el sueño CORPAL, un algo indescifrable que llegó sin saber por qué y sin saber cuando con ánimo de perdurar. Unir Las Palmas y Córdoba sin más lazo que el deseo común de formar una colectividad médica, humanística y científica que demuestre que son las personas, no las instituciones, las que movidas con generosidad y carencia absoluta de interés particular, constituyen una cuantiosa suma de mentes y esfuerzos concatenados que son capaces de grandes logros para un solo fin, los pacientes cardíacos. Carente de protagonismos y ambiciones oscuras, CORPAL progresa en el tiempo con un bagaje difícil de igualar. Por todo ello, “The Spirit of CORPAL” quiere volar alto para unir aún más las mentes, los hospitales y los territorios en los que habita desde los años 80. Este vuelo es un intento de hacer aún más romántica la unión CORPAL. También sin más empuje que el ánimo de las personas, repito, y no de las instituciones, CORPAL vuela alto con un impulso propio cada vez más potente.

Mañana saldremos a las 8 de la mañana, será un día largo pero apasionante. Recogeré a Juanma a las 7:30 h en un taxi. Por cierto, que coincidencia más coquetona…, él vive en la calle Isla del Hierro en Córdoba. La primera parada es una bonita señal. El avión está preparado y el plan de vuelo hecho. Será llegar, cargar el equipaje, hacer unas fotos y salir. Saldremos por el punto Whisky, subiremos a 5000 pies con rumbo 189, para sobrevolar Ecija y Osuna, bordear el CRT de la base de Morón (territorio prohibido) hasta llegar a Jédula, punto Whisky de Jerez. Desde allí, instrucciones para aterrizar, repostar, mear y volver a salir, esta vez en vuelo instrumental rumbo a Lanzarote. Pero todo eso será mañana, de lo que hablaré al llegar. Grandes expectativas, grandes ilusiones, grandes aventuras se avecinan. Mi pecho y mi alma están preparados. La balsa y los chalecos salvavidas, también. Viva CORPAL!!!

Ya en Las Palmas. Ayer fue un día maravilloso. Nunca olvidaré las emociones que viví. La primera, la de encontrar en el aeropuerto a la familia Segura (Loles, Pepe, Pepito y Nicolás…ay Nicolás) que madrugaron para despedirme. Nicolás le había pedido a su padre que quería ir a despedirme y sé que estuvo todo el día pendiente de nuestra arrivada. Me impresiona el corazón tan grande de los Segura, su sentido familiar y de la amistad y el valor que todos dan a los gestos como expresión de sus sentimientos. Fue para mí un gesto increíble que vinieran a despedirme y contemplar el despegue del “Spirit”. Como digo, primera emoción del día. Nos hicimos fotos y fuimos juntos a la preparación del avión. Había que ver la cara de Nicolás desde la cabina mientras encendíamos los motores. Su sonrisa perpetua junto a un aire de admiración por la estampa y el ruido.

En fín, nos dijimos adiós y encarrilamos hacia el punto de espera alfa, entrar en pista y dirigirnos al apartadero de la 21 para prueba de motor. Una vez todo listo, despegamos y nos dirigimos al punto Whisky, para desde allí virar a la izquierda con rumbo 189 ascendiendo a 5500 pies. Sobrevolamos primero Ecija y luego Osuna, desde donde viramos a rumbo 230 hasta Arcos de la Frontera, siempre en contacto por radio con Sevilla control. Ya en Arcos, contactamos con Jerez Tower para efectuar la aproximación. Afortunadamente, no hubo esperas, nos dirigieron a Jédula, punto Echo y desde allí circuito entrando viento en cola izquierda por la pista 20. La aproximación fue perfecta, la toma un poco brusca, con el consiguiente enfado de Juanma. Una vez allí, repostamos a tope y después nos recogió una señorita en una furgoneta y nos llevó hasta aviación civil en el aeropuerto para confirmar el plan de vuelo a Lanzarote, que precisó un “delay”. La chica que nos atendió era muy amable; amiga de Juanma, era una gordita simpática e ilustrada en aeronáutica. Durante el papeleo, le contó a que se iba a USA a trabajar con su marido y abandonaba AENA, ya que estaba harta. Me pregunto, por qué será tan frecuente el desencanto en los trabajadores de los organismos oficiales. También pienso que es fácil agarrarse a eso para justificar la falta de entrega en un servicio público. En fín, la gordita no paró de despotricar y a mí ni me miró, a pesar de que le pagué las tasas del aeropuerto. Al final, tiempo en pasar los controles y mas tiempo aún esperando la furgoneta con la señorita que nos había de llevar hasta el avión. Ya eran las 12:15h cuando nos subimos y empezamos la puesta en marcha. Juanma, con su habitual destreza para las comunicaciones, explicó a la torre que se trataba de un vuelo instrumental a Lanzarote, solicitando instrucciones. La torre nos permitió acortar sin necesidad de llegar a cabecera de pista de la 20, sino que nos dio entrada a mitad de pista para un despegue inmediato.

Por fín ya en el aire y con mucho tiempo por delante. La salida, espectacular. Nos dirigieron al Vor de Vejer directamente, ascendiendo a 9000 pies. Desde allí y a esa altura, la vista impresionante. Jerez a un lado, la Tacita al otro, la gran bahía, Valdelagrana, y al fondo, la desembocadura del Guadalquivir. A la izquierda, kilómetros y kilómetros de playa y, en frente, el mar profundo para atravesar. El momento de abandonar la costa fue sublime para mí. Era consciente de afrontar el gran reto en ese momento. Juanma temía que nos dirigieran a CLANA para de allí iniciar la aerovía en KORNO, pero Sevilla control fue amable y nos dio via directa a KORNO. Ya en KORNO, ascendimos a la altitud de crucero, 10000 pies, y Sevilla nos pasó a control de Casablanca, un control mudo, por más que Juanma intentara contactar. Este proceso hasta KORNO fue complejo, porque el piloto automático no funcionaba y mientras Juanma comunicaba y controlaba el vuelo, yo me peleaba con los mandos del avión para mantener el rumbo y la altitud. Hacía un considerable viento del este que nos llevaba hacia el atlántico y, como digo, yo peleaba contra él sin parar de oir las contínuas advertencias de Juanma…¡ojo a la altura!…¡mantén el rumbo!…¡maneja bien el compensador!…¡si lo tienes eléctrico, ¿por qué quieres hacerlo manual?! El atendía a todo a la vez y yo sudaba la tinta china tratando de sacar adelante lo mío. Mientras tanto, Casablanca seguía muda. Juanma no paraba de comunicar en inglés…”Casablanca, good morning EC-JJF in KORNO point, 10000 feets, in an instrumental fligth to Lanzarote”…no answer…Mientras tanto, en la misma frecuencia, oíamos las comunicaciones de diferentes vuelos comerciales en la misma ruta a una altitud de 30000 pies y que sí obtenían respuesta de Casablanca. Uno de ellos, un vuelo de Spanair, nos llamó y se ofreció a hacer de “relé” o intermediario para nuestra comunicación con Casablanca. Se lo agradecimos y escuchamos cómo Spanair hablaba a Casablanca de nosotros y pedía instrucciones. Enseguida la respuesta a través de Spanair, que siguieramos en ruta y que comunicaramos en el siguiente punto, ABODA, situado a 32 MN de KORNO.

A partir de ahí, 2 cosas sucedieron que aliviaron el vuelo. Una de ellas, que sin saber cómo, el piloto automático comenzó a funcionar. Ya no tenía que luchar a tope. La segunda, que el viento del este se transformó en viento de cola, con lo que aumentó nuestra velocidad. Al punto ABODA llegamos en un periquete y, de nuevo, dificultades para comunicar con Casablanca. Otro vuelo de Air Europa, arriba en ese momento, nos volvió a hacer de “relé”, con la estoica respuesta de Casablanca a su través: comunique en punto IBALU, a 75 MN de ABODA. Juanma se quejaba de que Casablanca, a los vuelos comerciales, les daba vía libre hasta comunicar con el Fir de Canarias, mientras que al pobre EC-JJF, le obligaba a comunicar en cada punto, pese a no tener comunicación directa. De todas formas, era gracioso oir las comunicaciones de los distintos vuelos comerciales con Casablanca control, un acento moro muy característico pero que para nosotros se entiende muy bien. A IBALU también llegamos pronto (37 min) y de ahí a los siguientes puntos: AMETA, TURMA, VEDOD y TERTO. En cada uno, nuevas comunicaciones, siempre con vuelos de altura haciendo de “relé”. No conocía yo esa terminología, hacer de “relé”, pero me ha encantado y creo que demuestra la camaradería existente en aviación. Al fín y al cabo, ellos potentes aviones supergrandes, pilotos de alto standing, echan una mano al pobre EC-JJF, de solo 2 pasajeros, y además lo hacen de forma amable, quizás conscientes de que un día ellos también fueron simples pilotos de avioneta con iguales necesidades. El vuelo se hacía placentero, solo pequeñas correcciones en el rumbo, transmitidas con una agujita al piloto automático. Evitamos algún cumulolimbo rodeándolo, para enseguida volver al rumbo deseado. Tiempo para un piscolabis, unos sándwiches de jamón que había preparado y unas cocacolas con algunos frutos secos. En el horizonte, se confundía el mar y el cielo, todo un azul evanescente que no marcaba la frontera. Por arriba, una capa de nubes altas que de repente clareaban y de repente nos llovía. Por abajo, el mar plácido y, de forma muy ocasional, un mercante con rumbo a la península o en nuestra dirección. Juanma, siempre tan previsor, daba consejos al visualizarlos: si nos viéramos en la necesidad de amerizar, sería importante hacerlo junto a un barco, ya que eso garantizaría el salvamento…y apostillaba, siempre tienes que tener previsto todo y sacar partido de las circunstancias…un barco cercano es un tesoro ante una parada de motores…Yo le decía, Juanma, prefiero verles pasar sin pensar en una parada de motor…En fín, hablando y bromeando fue pasando el tiempo y el trayecto. A las 5 horas de vuelo, contactamos con Lanzarote aproximación. Fuimos iniciando el descenso y fue maravilloso divisar tierra…el norte de la isla se nos presentaba claramente después de haber atravesado distintas capas de nubes en descenso…¡Tierra a la vista! Grité con sonrisa de oreja a oreja. La aproximación al aeropuerto fue instrumental, con ILS para coger la senda, pero ya con la pista a la vista, Juanma me dejó aterrizar. A diferencia de Jerez, la toma fue perfecta y, ambos, sentimos un enorme placer. Ya en tierra, nos abrazamos y Juanma me hizo una foto saliendo del avión (muy buena), mientras decía: …un pequeño paso para el hombre…y un salto de gigante para Corpal… (ver Figura 1). Me emocionó y ambos fuimos conscientes de que aunque fuera una chorrada, estabamos repitiendo las famosas frases de los descubridores adaptadas a nuestro momento. Habíamos logrado el salto y sentíamos emoción por ello. Enseguida llamé a Javier, pues sabía que estaría intranquilo. Luego me contaron que habían llamado a Pepe Segura para que se enterara por el aeropuerto de Córdoba a qué hora habíamos salido de Jerez. Enseguida llamó Alfonso para felicitar, mensajes de Pedro, Josele y tantos más. Un sueño realizado, esta vez con consciencia de consecución. Un gran salto Corpal.

un pequeño paso para el hombre…y un salto de gigante para Corpal…

Tras el repostaje, estiramiento de piernas y hacer un pis, salimos para Las Palmas. Despegue por la 03 y viraje a la izquierda para dirigirnos al punto sierra a 1000 pies sobre el terreno. Desde allí, rumbo 210. ascendiendo a 5500 pies. El vuelo me resultó difícil. Por un lado, sol de frente al caer la tarde, no veía los instrumentos, hacía calor y el sudor de cara me entraba en los ojos. Por otro, estaba cansado y no entendía bien lo que Juanma hacía. No paraba de cambiar las frecuencias y no sabía con quien comunicaba. El vuelo duró 1 hora y 15 minutos. La aproximación fue buena, salvo una ligera espera por tráfico importante. La controladora de torre, muy amable, nos acortó la espera dándonos entrada por la 03 derecha siempre que hicieramos una toma corta y cruzaramos con rapidez la 03 izquierda, ya que otro tráfico venía ya en senda para dicha pista. Juanma tomó los mandos e hizo un aterrizaje maravilloso en poco más de 100 metros, como pedía la controladora. Rápidamente  salimos por la izquierda e hicimos backtrack por la 03 izquierda, viendo venir el tráfico de frente y arreando motores. Para nuestra sorpresa, no había salida de la 03 izquierda hasta llegar a la cabecera, viendo cómo el tráfico se aproximaba sin que aún no estuvieramos fuera. Juanma se arrimó a un lado de la pista mientras llamaba a torre para decir que estábamos en un lío. La controladora amable se disculpó y enseguida nos tranquilizó, ya que al comprender que no teníamos salida, había desviado al tráfico hacia la pista paralela, la 03 derecha que nosotros habíamos abandonado. El señalero nos dejó abandonados en el quinto coño sin decir ni pio, y tras un buen rato para recoger el avión, ponerle el cubridor de cabina y sacar el equipaje, nos veíamos tirados en la pista a una distancia considerable de la Terminal.

Afortunadamente, un joven piloto que por allí pasaba en un smart nos recogió y nos llevó apretujados hasta la salida. Por fín en la calle, cogimos un taxi y al Santa Catalina. Resultó un verdadero placer llegar, ducharnos y bajar al bar para tomar un Dry Martini. Ya Alfonso y Javier nos esperaban y grandes abrazos y expresiones de júbilo se sucedieron. Nos hicieron contar todos los detalles y yo me sentía en una nube placentera de la que no quería bajar. Cenamos en Rias Bajas y aquello continuó con una euforia especial, marisco y buen vino que me sumergió en una plácida borrachera con trabe de lengua incluido. Al llegar al hotel, Zantac, cartel de no molestar y a dormir como una marmota. A la mañana siguiente, no sabía al despertar donde estaba ni si todo lo anterior había sido un sueño. Afortunadamente, enseguida descubrí que no, que fue un sueño hecho realidad. La euforia aún continuaba.

El día siguiente fue de descanso. Por la mañana visitamos el hospital, donde Juanma visitó a su tío suyo ingresado y flipó con el servicio de Cardiología y con las explicaciones que Alfonso le daba. Por la tarde estuvimos en el Spa del hotel relajándonos y tomando una sauna. Por la noche, cena en el Novillo Precoz previo el preceptivo Dry Martíni en el bar del hotel. Un plácido día de descanso con un potente poso de satisfacción por lo vivido y por lo que aún restaba. Hay momentos en que a todo se le ve sentido en la vida…este es uno de ellos, y al lado de mi hijo Javier y mi amigo Alfonso, junto a mi maestro de la aviación Juan Manuel Romero quien hizo posible el sueño. Lo recordaré siempre.

En los siguientes días, volamos a la isla de La Palma, donde en el Parador (cercano al aeropuerto) establecimos el puesto de mando, para volar cada día a una isla cercana (ver Figuras 2 y 3). En esta ocasión, se sumaron a los vuelos Alfonso y Javier, los mayores sufridores el día del “salto”. Surgió, para Alfonso, una nueva pasión por la aviación que ya nunca le abandonaría. Se estableció una muy buena conexión con Juanma y fueron unos días de intenso disfrute y aprendizaje, con la belleza de las islas acompañando el enorme placer de los vuelos, con conversaciones inagotables sobre la aviación, el placer de volar. Alfonso había sufrido lo indecible el día del “salto”, pensando que nos podíamos matar. Pero al comprobar que no pasó y tras volar con nosotros esos días le hizo ver que volar es seguro, placentero, de bonito aprendizaje, de planificación y trabajo en equipo, un nuevo CORPAL había surgido…, su espíritu, “Spirit of Corpal”..

 

Alfonso, Juanma Romero y José Suárez en el aeropuerto de Las Palmas
Alfonso, Javier y José en el aeropuerto de La Palma

Tras esos maravillosos días, había que volver. Alfonso y Javier volaron en Binter a Las Palmas, porque nuestra idea era vuelo directo a Lanzarote, repostar y hacer de un tirón Lanzarote-Córdoba. Como alternativo Tanger, pero eso si nos veíamos mal de combustible, porque conllevaba pasar Aduana y perder mucho tiempo. Tuvimos suerte con los vientos y a la altura de Tanger y a 10000 pies de altitud, había combustible suficiente para llegar a Córdoba, ahorrando además con un descenso lentamente ejecutado. La llegada a Córdoba espectacular. Como siempre y como en todo, Córdoba principio y final de tantas cosas…, para mí, siempre de todo.

Como ya ha podido observarse, lo que iba a ser un diario solo duró el primer día, y es que a partir de entonces no encontraba tiempo para escribir, por lo intenso de los días, y ya a la vuelta lo fui dejando y lo acabé ahora, para poder continuar otro tipo de escrito que resulte la continuación del “Spirit of Corpal”. Desde entonces, cada año Spirit of Corpal ha volado con tripulación de lujo a distintos lugares. Me propongo escribir los recuerdos de todos ellos, con imágenes y pensamientos de cada uno.

 

Juanma y José Suárez en el viaje de vuelta de Las Palmas

La Figura 5 detalla los distintos itinerarios junto a los aeropuertos utilizados. Todo fue posible gracias a una persona excepcional, magnífico piloto (no quiero decir pilota) que se brindó a dirigir y supervisar los vuelos. Yo era el piloto al mando, pero siempre estaba ella, corrigiendo, advirtiendo, enseñando…Juanma no pudo continuar, lo que hizo que surgiera una profunda amistad con Paloma Requena y su ayudante Paco Martinez. El caso es que Paloma también congenió profundamente con Alfonso, cuya personalidad le fascinó. La continua curiosidad de Alfonso por todo lo aeronáutico la apabullaba a veces, pero la increíble relación “a trois” que se estableció es algo que dignifica aún mas la aviación, por todo lo que me ha aportado el sueño de volar. En los próximos escritos sobre los vuelos de Spirit of Corpal hablaré de esta especial relación. En algunos momentos sé que con dolor, porque ya no está Alfonso, pero trataré de recordar lo positivo y las anécdotas de aquellos vuelos, que nos hicieron tan felices.

Gracias Juanma, gracias Paloma…

 Itinerarios junto a los aeropuertos utilizados el el viaje a Las Palmas
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