Repito, triunfó en la evolución la colectividad celular, lo que hizo avanzar mucho la vida de los seres… Es preciso repetirlo. Pero, ¿cómo conectan nuestras células entre sí?. ¿Cómo poder interrelacionar trillones de células de un mismo ser?.¿Cómo actuó la naturaleza al respecto?
Es claro, la circulación. Todo se conecta así. Pero hay mas, Las llamadas conexinas son proteínas que forman uniones intra y extracelulares y que transmiten diferentes tipos de señales químicas o eléctricas. La aparición de los “gaps” o uniones intercelulares basadas en las conexinas va en paralelo con la complejidad y tamaño del corazón de los vertebrados. Una simple conexina ha sido observada en cordates y más de 20 diferentes familias de conexinas han sido halladas en los mamíferos. La rápida comunicación intercelular a través de estas uniones es un factor crítico que permite al corazón vertebrado contraerse rítmica, armónica y sincrónicamente, a diferencia del movimiento peristáltico a modo de ondas contráctiles que caracteriza el corazón de los invertebrados. La contracción síncrona contribuye a eficiencia biomecánica y fue promovida en la evolución vertebrada con la aparición del sistema de conducción eléctrico desarrollado en el corazón de los mamíferos.
También, entre las comunicaciones intercelulares destacan las señales iónicas y moleculares. Estas señales actúan a nivel de la membrana donde existen interdígitos o puertos de comunicación (gap junctions) donde conectan los neurotransmisores, los ligandos a proteinas circulantes y las vesículas informativas. A mayor distancia actúan las señales paracrinas (de una misma estirpe orgánica) y endocrinas (para todos los órganos receptores de la economía). Además existen diversos modos de transporte transmembrana. Este transporte puede hacerse por difusión pasiva o mediante el paso ligado a una proteina acompañante que sirve de introductor. El paso puede ser a su vez pasivo, o por difusión, y activo, es decir, dependiente de una energía generada por las denominadas bombas iónicas.
Además, hay otras proteínas receptoras que facilitan el transporte iónico y molecular a través de la membrana, puertas de apertura y cierre a la llamada de señales y canales mecánicos y eléctricos, generadores estos últimos de voltaje. Múltiples fosfoproteinas y demás cadenas pépticas que constituyen las conexinas se convierten en receptores que conllevan segundos mensajeros para transmitir las señales.
En relación con la comunicación intracelular, aunque hay moléculas de señal que permanecen siempre en la membrana, las moléculas informativas se distribuyen por el interior y para hacerlo se dispone de motores moleculares, kinesinas o proteínas del movimiento, estructuras microtubulares elongadas y mediante simples empujones biofísicos originados por el denso tráfico molecular del interior.
En definitiva, la unión e identificación de todas las células vivas de nuestro organismo está garantizada por un perfecto sistema de señales e información que conecta todas sus funciones. Un inteligentísimo esquema que habría que imitar y seguir en nuestro, pobre aún, mundo comunicativo…Cuando analizamos nuestras comunicaciones locales y planetarias de un mundo avanzado (como a veces creemos) nos damos cuenta de cuánto se ha progresado en los últimos tiempos y cuan complejas son las redes de conexiones y relación entre los seres humanos en la actualidad, aún en continuo progreso. Pero si las comparamos con lo que la naturaleza ha diseñado para conectar, hasta el punto de alcanzar la identidad colectiva entre todas las células de un organismo vivo, también nos damos cuenta del grado de incomunicación que aún alcanzamos como seres vivos. La totalidad de las células de nuestro organismo perciben, funcionan y sienten al unísono, lo cual requiere un extraordinario grado de conexión y comunicación inter e intracelular. Un largo camino nos espera aún…